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Estoy feliz por haber solucionado las cosas con papá, estoy mucho más tranquila que anteriormente. Después se verle me dirigí a la casa para ordenarla y mientras lo hacía me sentía muy nostálgica, sabía perfectamente que la vida no siempre es color de rosa.
Nos acostumbramos a una buena vida, una vida sin problemas y angustias. El estilo de vida que deseamos, la familia que queremos, salud, amor, vida social, tiempo para hacer todo, pero no todo resulta ser perfecto y es perturbado no tenerlo. Las cosas no salen como queremos, la vida se compone de momentos hermosos y agradables, así como de momentos complejos y desafiantes.
No puedo decir que tengo una vida perfecta, porque estoy aprendiendo a manejar mejor las situaciones que se me presentan, lo que puede ser un desastre puede verse como una gran oportunidad. Porque en realidad lo que importa no es lo que nos pasa, sino cómo afronte lo que me sucede.
Siempre enfrentaré diferentes desafíos, momentos difíciles ya que es parte de la naturaleza de la vida y parte del proceso de aprendizaje. Seguiré avanzando y superar los obstáculos naturales del camino.
Por más largo y difícil que sea experimentar o solucionar el problema, todo pasará y nada dura para siempre. Veo el lado bueno a pesar de la complejidad de cada problema, todo tiene su lado bueno. Maduro, crezco espiritualmente, obtengo nuevos conocimientos y capacidades. Nada sucede en vano, todo sucede con un propósito, soy capaz de sacar lo mejor de cada momento, por difícil que sea.
Travis ha quedado en pasar por mi a las seis de la tarde. Es sorprendente ver que son las nueve y no llega.
No sé cómo sentirme al respecto pero es mejor que pida una pizza para cenar ya que mi estómago ruge del hambre. No puedo esperar por el, voy a desmayarme del hambre.
Tomo el teléfono y solicito un domicilio puesto que no tenía ganas de salir ni de comer sola fuera de la casa. ¿Que estará haciendo Travis?... Ni siquiera me ha vuelto a marcar.
Espero unos cuantos minutos y la pizza llega, mientras le estoy firmando la entrega al chico siento mi teléfono vibrar desde mi bolsillo. El chico se retira, cierro la puerta y tan pronto como pueda veo el teléfono para ver quién está marcándome.
Es Travis... será mejor que le conteste después de haber cenado. Quiero comer sin esos malos pensamientos.
Decido apagarlo y guardarlo para ir a la cocina y proceder a cenar tranquilamente.
Se siente terrible la inseguridad, estoy de nuevo experimentando un intenso nivel de estrés ante la incertidumbre de no saber si mis pensamientos son ciertos. Tengo la duda constante en mi mente y esa duda es desgastante.
Pero aunque este acostumbrada a pasar por situaciones así tampoco quiere decir que Travis me será desleal, no puedo ir por la vida pensando de esa manera.
