🌻Capítulo: 48🌻

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~El amor es así, como el fuego; suelen ver antes el humo los que están afuera que las llamas que están adentro~

☆Jacinto Benavente☆

JARETH

¿Celos?

Celos son los que tengo en estos momentos porque el mesero esta viendo mucho a mi novia desde donde él esta.

—Jareth, te va a salir humo de las orejas si sigues así.

Volteé a ver cómo el exorcista a mi novia.

—¿Perdona? —articulé ofendido.

—¿Eh?

—¿Cómo me acabas de llamar? —inquirí, dramatizando más la situación.

Sus cejas perfectas se fruncieron, me miró confusa y con un ápice de curiosidad. Se me quedó mirando por más de un minuto, al parecer, se percató de lo que trataba de decirle ya que me miró avergonzada y sonrió tímidamente.

Joder, y luego me preguntan que porque razones me enamoré de ella.

—Oye, para ti soy amor, mi amor, mi vida, mi niño hermoso, mi hombre, mi razón de ser, mi gran amor...

La risita de Bella me interrumpió, perdón, pero es que me hipnotiza tanto que me es imposible concentrarme en hacer mi drama.

Lo que hace el amor ¿no?

Quizá mi yo de hace unos meses hubiera dado un rotundo NO si le hubieran dicho que se enamoraría, y más de la muleta fe su hijo.

Joder.

Pero bueno, ahora es distinto, tengo a Bella como novia desde hace cuatro meses ya, y la amo demasiado, me encanta todo de ella, me encanta que sea mi rubia hermosa. En si, todo lo que tenga que ver con ella y conmiho me fascina y me encanta.

—¿Qué desean ordenar? —el chico anteriormente mencionado, se acercó a nuestra mesa, mi semblante cambió en el momento que fijó su mirada únicamente en mi novia.

—Dos platos de lo que mi novia pida. Por favor —enfaticé.

Él alzó las cejas y dirigió la mirada hacia mí.

—Oh, ¿Son pareja?

—Sí, ¿Por qué?

—Por nada.

Sonreí falsamente y dejé que Bella pidiese lo que quisiera, mientras el mesero se retiraba, lo fulminé con la mirada.

Odio cuando se le quedan viendo así a mi novia. Joder, yo sé que es jodidamente hermosa, que incluso es una jodida diosa, pero es mi novia, joder, es mía.

—Lindo, ¿Podrías dejar tus celos de lado? No son necesarios, cariño.

Uní mis manos sobre la mesa, y lentamente volteé a verla.

—Es que me jode cuando te ven demasiado, me molesta —gruñí —, te traje a comer conmigo porque estamos cumpliendo cuatro meses juntos, y resulta que el mesero y la mitad de la población masculina se te quedan viendo.

Ella negó divertida.

—¿Y eso qué? Ellos solo pueden ver, tú puedes...

—¿Yo puedo qué? —dije interrumpiendola, inclinándome sobre la mesa, acercandome al rostro de Bella.

—Bueno, tu puedes hacer todo lo que ellos no.

Jo-der.

Vengan rápido a revisarme el pulso, lo siento anormal.

Hasta que llegaste túWhere stories live. Discover now