🌆Capitulo: 4🌆

316 18 0
                                    

                     •Jareth•

Sinceramente, estoy agotado, todo el día me pase jugando con Jake, para distraerlo, ya que desde hace más de un mes no ha parado de preguntar por él, y sobre su... misión... 

Jayden me ha dicho o más bien me ha pedido que hablemos de algo muy importante, por eso ahora mismo estoy esperándolo en mi despacho, el mismo que era de mi padre antes de fallecer.

Es una habitación amplia, tiene una ventana la cual permite ver el inmenso patio de la casa, ventanas de color gris, un estante de libros, muchos libros que para mi honesta opinión son aburridos, un estante solo de plantas, ya que mi hijo es amante de las plantas y lo que tenga que ver con estrellas también, por eso no dude en poner una bola de cristal el cual dentro de ella contenía estrellas.

A mi hijo le fascinaba, y cuidaba de esa bola como si fuera su vida, y no dejaba que nadie tocara esa bola que no fuera él, de vez en cuando me busca y me pide permiso para entrar a la oficina, y se lleva esa bola de cristal a su habitación, ya que es una lamparita también. 

El patio es es mismo en el que jugamos Jake y yo,  él tiene su propio árbol de manzanas, aunque bueno, ese árbol esta desde que tengo diez más o menos, pero él dice que es suyo y si él dice que lo es, así será.

Ese mismo árbol fue donde jugaba con Jayden cuando éramos pequeños, recuerdo que ahí jugábamos a las escondidillas, ósea ahí contábamos, era divertido, esta vez jugamos pero en compañía de mi hijo, el cual ahora tiene cinco años, los cumplió este mismo mes hace unas días, obviamente le celebramos su cumpleaños.

Jay entró a la oficina, sonriente se sentó frente a mí y comenzó a hablar.

—Tengo buenas noticias, ¿Cuál prefieres? ¿La que te aliviara o la que me aliviara?

—La que prefieras.

—Bue, venía a decirte que ya tengo a una posible niñera para Jake.

—Por fin, ya no quería seguir buscando más niñeras la verdad, pero será mejor que me cuentes como la encontraste.

—Bueno esa es la noticia que me alivia a mí, la cosa va así, hace dos días comencé las clases ¿no? entonces ahí conocí a una chica, se llama Kristel, tiene dieciocho, ósea mi edad, es de cabello castaño, un poco bajita, ojos color verdes, amm, simpática, dulce, y pues me transmite confianza.

—Me alegra que conozcas a gente nueva.

—Si, bueno, la cosa es que casualmente nos asignaron un trabajo juntos, ayer te mencione que hoy saldría por unas cosas importantes, fui a su departamento y pues conocí a su hermana, ella se llama Isabella, y tiene veinte años, es niñera y pues Kris me contó muchas cosas sobre ella, la verdad, para serte sincero son buenas personas, son muy dulces, aunque no he hablado mucho con Isabella, ¿Sabes? ella es lo contrario a Kris, es muy reservada, y casi no habla... pero ajá, me agradó y me parece que le caerá bien, oh, sabes un plus, hacen galletas juntas, traje unas cuantas, saben muy deliciosas, y por eso me tome el atrevimiento de traer unas cuantas, y de paso comparto con mi sobrino.

—Vale...

—Ah, y le dije a Kris que le comentará eso a Isabella, para que cuando digas que si ella también diga que sí.

—Vale, gracias por eso, me llama la atención. Puedes decirle a tu compañera...

—Kris.

—Ajá a ella que hable con...

—Isabella.

—Aja, para hablar sobre el trabajo.

—Le ¿darás el trabajo? —preguntó emocionado.

Hasta que llegaste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora