🌻Capítulo: 24🌻

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ISABELLA

Soy una idiota.

Claro que soy una maldita idiota.

¿Cómo pude volver a confiar en un maldito hombre?

Si tan sólo no hubiera confundido las cosas no estaría con el alma rota.

Lágrimas brotaron de mis ojos al instante en que recordé aquella  escena en la que vi a Jareth y a Olivia besándose, aquellas palabras taladraban fastidiosamente mi cabeza.

"Sigo enamorada de ti así como el primer día, aún te amo y sé que en el fondo de tu corazon también me sigues amando..."

¿Y si era cierto?

¿Y si Jareth aún ama a Olivia...?

¡Maldita sea soy una estúpida!

Cuando llegué al departamento agradecí no ver cerca a Kris ni mucho menos a Jay, él últimamente pasa más tiempo aquí que en cualquier otro lugar.

Me senté en el sofá y en ese instante todos los recuerdos, unidos con un silencio y tristeza empezaron a arroparme.

Cuando menos lo quería Jareth me confunde.

Fue cuando aprendí que no hay que ilucionarse con un te quiero, un me gustas, una mirada o palabra bonita. Es estos tiempos aquello ya no significa nada.

Una oleada de frustración inundó mi cuerpo por completo, aquello me hizo perder la cabeza por completo, tiré un jarrón con todas las fuerzas que me fue posible reunir.

Esta mierda dolía.

Me pase las manos por el cabello en un intento inútil y absurdo de borrar aquella imagen de que vi en la oficina de Jareth.

Primero Robert y luego tú...

Joder.

Derrotada me senté casi de golpe en el sofá de nuevo, sentí mi pecho doler, pero no porque pronto tendría un ataque de ansiedad, dolía por la manera en la que tuve que entender que todos únicamente jugaban de la manera más cruel conmigo, que sólo me utilizarían para confunfirme.

Soy una maldita estúpida.

Apoyé mis codos en mis rodillas y puse mis manos en mi rostro, en un estúpido intento de calmar mis lágrimas.

Dueles tanto que quisiera olvidar tus te quiero.

Sollocé más fuerte y pensé:

¿Entonces todo fue un sueño?

No sé que estoy sintiendo...

Escuché una risa detrás de la puerta, era Kris, mi cuerpo quiso correr hacia mí habitación, pero no me moví, y me quedé ahí sentada sollozando. La voz de Kris despidiéndose de no se quién se hizo presente, escuché la puerta abrirse y...

—¿Isa que sucedió? —preguntó mientras corría hacia mí, luego de ver el desastre.

Negué y no dije nada.

—Isa...

—Él duele... —dije con voz débil.

—¿Quién? ¿Hablas de Robe...?

—No. Jareth, él me duele.

JARETH

—¿Qué pasó? te noto deprimido y pensativo, ¿Le pasó algo a Jake?

Jay entró a la oficina luego de ver el mensaje que le había mandado hace mas de una hora.

Al escucharlo no pude evitar sentirme mucho peor de lo que ya me sentía y apoyé mi cabeza sobre mis brazos cruzados, los cuales estaban sobre mi escritorio.

Hasta que llegaste túWhere stories live. Discover now