🌆Capítulo: 35🌇

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~Estaban enamorados, se notaba por la forma en que se miraron entre sí... cómo sí tuvieran el secreto más maravilloso del mundo entre ellos~

☆Anónimo☆

JARETH

—Joder, te amo, te amo, te amo —le decía a mi rubia mientras dejaba besos en su rostro por cada te amo que le decía.

Y ella no se quejaba... ella reía, sonreía y me devolvía los besos e incluso los te amo.

¿Ea posible llamar a una funeraria y que me entierren vivo? Y que pongan: Causa de muerte: Bella.

Luego de una sesión de besos que inició hace unos minutos...

Besos que casi los llevan a algo más que eso: besos.

Shh.

Bueno sí, lo admito, Bella y yo estuvimos a nada de hacerlo, y no pregunten el que porque yo y todos sabemos que no somos inocentes. Pero antes de que aquello sucediera nos detuvimos y nos miramos fijamente.

El diálogo de las miradas era mi favorito, ya que tiene que ver con Bella.

—Jareth.

—¿Sí, mi vida? —dije sonriendo, causándole la misma reacción, solo que ella se puso nerviosa.

Pase un mechón rebelde trás su oreja, estábamos sobre la cama, yo con mis piernas estiradas y ella entre mis brazos y con su mejilla pegada a mi pecho.

Estaba muy comodo estando así con ella.

—Te voy a denunciar por intento de asesinato, por decirme cosas así para que me muera de amor —sentenció señalandome acusatoriamente.

—Tú me causas lo mismo en diversas ocasiones, por no decir siempre, y no me quejo.

Miró con extrañesa la puerta, se levantó y la observe confundido, ella alternó la mirada entre un rincón de la habitación y la ventana, en la cual la luz de la Luna se colaba.

—¿Qué sucede, cariño?

No respondió. Al contrario de eso frunció el ceño.

—... Si fue mi culpa, entonces —murmuró suave.

Oh no.

Esa era Bella, dándole la razón a su mente la cual en este momento está jugando con ella.

Yo sabía a la perfección que esto siempre le sucedía antes, durante y después de un ataque de ansiedad, es como si su mente no quisiera dejarla tranquila con el suceso trágico del día en el que mi rubia estuvo presente y vio morir a sus padres.

—Bella, estoy aquí ¿sí? no fue tu culpa ¿entendido? no tienes la culpa, cariño.

Ella me miró, me detalló el rostro y se tranquilizó, lo raro fue que se me quedase viendo por más tiempo del que suele observarme, y eso me pone nervioso.

—¿Podrías abrazarme y dormir junto a mí esta noche —murmuró con una expresión triste, una que hizo que el corazón se me encogiera.

No necesite hablar para asegurarle que su petición sería cumplida. La atraje a mi cuerpo y bese con cariño su coronilla, ocultó su rostro en mi pecho y pasó su brazo por mi cuello acercándome más a ella, yo solo pude sonreír y rodear su cintura con mi brazo, mientras que el otro se mantenía debajo de su cabeza.

No había ningún tipo de distancia que nos separara, únicamente por como estabamos abrazados.

Esta era la primera vez que dormía junto a mi rubia. Los nervios los tenía a mil.

Hasta que llegaste túOnde as histórias ganham vida. Descobre agora