🌻Capítulo: 30🌻

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~El pasado es una lección, el presente es un regalo, y el futuro es un misterio~

☆Anónimo ☆

JARETH

Le di tiempo a Bella para que llorara y maldijera la vida, a Robert, y así misma... le di mucho tiempo a ella sola y cuando creí que ya había sido suficiente fui hacia ella, esta vez para que supiera que yo estaba para ella.

A pasos lentos y casi silenciosos camine hacia ella, quien ahora había envuelto sus piernas con sus brazos mientras escondía su cabeza en sus rodillas.

—Los extraño demasiado... —murmuró con voz débil y temblorosa, entonces supe que ella ya sabía que yo estaba ahí, a su lado.

—Lo sé, Bella...

Sus manos temblaban, por un momento temí por ella, es decir, me preocupaba mucho y enserio estaba temeroso con la idea de que le diese un ataque de ansiedad.

—Esto fue mi culpa —murmuró de nuevo, alzó la cabeza y pude ver sus ojos rojos y llorosos, se pasó el dorso se de la mano por la nariz y noté que su ojos amenazaban en dejar ir incontables lágrimas —, yo tuve que haber hecho las cosas bien en el pasado, debí obedecer a la advertencia de mis padres, debí escoger al que sería mi pareja... pero no hice nada de eso, me deje cegar por Robert y... y por ello los perdí —sollozó más fuerte y más audible, con las manos cubrió su rostro.

—Bella...

—No quiero recordar más el pasado, me duele mucho...

Me puse de cuclillas frente a ella y pude mi mano sobre su hombro, reconfortándola.

—El pasado nunca se irá, le gusta esconderse en la música, en la calle, en los sueños... —acaricié su espalda con dulzura —, en la vida... pero eso no es motivo para detenerse.

Apartó sus manos de su rostro y sin siquiera avisar se abalanzó sobre mí buscando cálidez a través de un abrazo, sin embargo, no me opuse. Admito que a veces me era difícil acostumbrarme a esto, es decir, a que me abrazara sin avisar, pero creo que por ella puedo acostumbrarme sin problema alguno.

Lloró en mi pecho, y trató de esconder su rostro en el, la pegué más a mí mientras mi mano iba hacia su cabellera rubia para repartir caricias, mientras en la otra se pocisionaba en su espalda baja.

A decir verdad, por un lado me parecía satisfactorio y extraña la sensación que me transmitía el hecho que Bella tuviese sus brazos rodeando mi torso; pero por el otro lado me hacía sentir bien, a pesar de no ser un buen momento para decirlo.

—¿Quieres que vayamos a casa? —inquirí en un tono suave.

Aproximadamente habían pasado diez o quince minutos. Y fue porque estaba tratando de evitar que le diese un ataque de ansiedad.

Si eso sucediese ahora, me muero.

—¿Cuál casa? —inquirió confusa sin alejarse de mí.

—Mmm, a una que pertenece a mi madre, la cual, vive aquí, y creo que eso no te lo había contado antes. Pero bueno, ahí estaremos.

—Claro que no, Kris y yo...

—No, no permitiré que estés lejos de mí, menos sabiendo que aquí podría encontrarse Robert. Así que quieras o no estarás en casa de mi madre con Jay, con Kris y conmigo.

—¿Dónde está él? ¿Lo dejaste solo? ¿Con quién está? dime que al menos no lo dejaste con Olivia, Jareth —se alejó un poco de mi al mencionar lo del final, ok, admitamos que su seriedad en ese instante dio miedo.

Hasta que llegaste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora