ENCHANTED ─ KOOKMIN.

VII

Let me roam your body freely

No inhibition

No fear

Calvin Harris & Disciples - How Deep Is Your Love

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Habían pasado unas tres semanas luego de aquella agradable salida al parque junto a Gguk y Bam.

JiMin había avanzado mucho. Ya no había vuelto a saber de Eunwoo una vez el peliplata rechazó su decimoquinta llamada cinco días luego de la ruptura. Había sido duro para él, pero ya estaba cansado y necesitaba volver a encontrarse para seguir con su vida y hacerle entender a su corazón que la vida continuaba, sin importar qué.

"Aún hay personas por conocer, gente a quién amar y sueños por cumplir".

Con su nuevo mantra, JiMin ahora se había dedicado a avanzar con su tesis, porque sí, ya no podía perder mucho más tiempo. Quería graduarse y convertirse en un chef reconocido, lo que lo motivaba aún más. Agradecía que su taller de apoyo para tesis estuviese en manos de una profesora que los sabía guiar.

No sólo eso, durante esas cortas semana se había visto con su madre y ambos pudieron conversar en el apartamento del menor. Compartieron mucho y la mujer se sintió mal por su pequeño bebé cuando lo vio derramando las últimas lágrimas para Cha Eunwoo. La mujer le dijo que la vida era así, que habría momentos en los que su corazón padecería de los más duros golpes pero que al final siempre estaría la puerta brillante que lo guiaría a su felicidad. Ambos rieron y pasaron un agradable tiempo madre-hijo, quedando finalmente para verse unas semanas después en la graduación de su hermano mayor, fiesta que por cierto fue también un motivo para animarse más pues tiempo familiar siempre era bien recibido por Park.

Finalmente estaba Jeongguk.

El mayor no lo había dejado sólo en ningún momento, siempre preguntando si comió, si estaba durmiendo bien, preguntando por su tesis y que él podría ayudarlo siempre que se lo pidiera. Había sido un gran soporte y JiMin estaba asustado por ello.

En realidad, se encontraba aterrado porque si bien estaba yendo por un buen camino en suprimir sus inseguridades aún le quedaba un largo tramo por recorrer y el abandono no era algo que pudiera fácilmente olvidar.

Ahora temía por si en algún momento Jeongguk se cansaba y terminaba marchándose.

Estaba más que asustado porque el pelinegro le había hecho saborear el dulzor de la compañía en aquellas tardes donde salían y charlaban por horas. Había conocido lo que se sentía no estar sólo y aquello había sido algo grande en su vida. Porque sí, JiMin lo admitía, había sido un bichito asustadizo siempre, temeroso de lo que dirían, lo que harían las personas a su alrededor. Se sentía demasiado seguro en su zona de confort alejado de todo y todos; sin embargo, el ser humano es un animal sociable por naturaleza y sólo era cuestión de tiempo para encontrar la compañía correcta para liberar ese aspecto en él.

Y ahora temía que en un momento Jeongguk pudiera cambiarlo fácilmente tal como su exnovio.

Que priorizara diversos aspectos en su vida y se diera cuenta que a veces JiMin era demasiado complicado. Porque Park prefería las cosas lentas, prefería siempre el camino más largo pero seguro y Gguk no era de esos. JiMin lo notó en sus salidas cuando el mayor le contó más acerca de su vida y lo rápido que esta había tomado su rumbo fijo. Lo sabía por la forma en la que hablaba de algún día casarse y formar una bella familia. Lo supo cuando notó que Jeongguk era una persona espontánea, que no le temía a nada ni a nadie. Lanzado, gracioso y extrovertido.