28. Libertad

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Martin está haciendo la maleta, ya han dado de alta a Chiara y se niega a seguir prolongando su decisión de volver a casa. Sabe que si no le han llamado en meses, esperar que ocurra un milagro a estas alturas es alargar la agonía. Su tren sale de la estación a las siete y diez de la tarde y antes de irse quiere ir a despedirse de su amiga. Por lo que mete, el portarretrato con una foto de Juanjo y de él que tiene encima de su mesita de noche en la maleta y la cierra. Se tumba en la cama y coge el móvil. Se siente tentado de llamar a Juanjo para despedirse, pero en el fondo de su corazón sabe cuál es su verdadera intención: desea que le pida que se quede. «En serio, ¿quieres volver a ser el mantenido, el dependiente?», se pregunta a sí mismo. La respuesta es: no. Por lo que deja de compadecerse y se pone de pie. Coloca el móvil en su bolsillo trasero y coge la cazadora para salir a la calle.

Es la última vez que va a hacer el recorrido hasta casa de su amiga y tiene que pasar a la fuerza por delante de La nave del olvido. Se le encoge el corazón al verla convertida en cenizas. Al igual que lo está su carrera profesional como actor. Está al borde de las lágrimas cuando le suena el móvil. No quiere hablar con nadie en ese preciso momento, por lo que coge el móvil para colgar la llamada. Cuando el nombre que aparece le pilla desprevenido. Lo descuelga atropelladamente.

—Hola Martin, hace mucho que no hablamos y no sé si todavía sigues buscando trabajo.

Martin duda. No puede hacerle eso y menos ahora que ya había tomado la determinación de irse.

—Sí, supongo que sí.

—Tengo una oportunidad que yo creo que es perfecta para ti, se trata de un concurso de televisión.

¿Un concurso? Y nada menos que para la televisión. Quiere interrumpirla y decirle que en este momento, no se siente con fuerzas para iniciar algo así. Pero su agente siempre ha sido una embaucadora y enseguida consigue engatusarle con un caramelito:

—Buscan un bailarín, cantante y actor.

La palabra actor le lleva a hacer la siguiente pregunta:

—Las tres cosas a la vez.

—Sí, eso me han dicho. Al parecer, el concurso tendrá tres fases eliminatorias: una prueba de coreografía, otra de canto y otra de interpretación. Yo creo que es perfecto para ti. Quieren verte esta tarde a las cuatro y media.

—Vale. —Martin se sorprende a sí mismo con esa respuesta—. ¿Tengo que prepararme algo?

—Te lo mando por email. Ponte guapo y sonríe. Para la tele suelen buscar sobre todo gente con carisma.

«¿Carisma? Justo lo que ahora más le sobra», piensa de forma irónica.

De camino hasta su piso, va leyendo las bases del casting. Parece que alguien las ha redactado pensando en él. La canción, la coreografía e incluso la escena. Las conoce a la perfección, como si su hada madrina hubiera hecho de las suyas para que así fuera.


¿Casualidad o enchufe? 

Cacahuete - JuantinWhere stories live. Discover now