Cacahuete - Juantin

27. ¿Y cómo es él?

Juanjo se pasa toda la cena ausente. La charla con Omar sobre el estado de Martin, hace que no pueda parar de darle vueltas a lo mucho que le gustaría tener a Martin a su lado en este momento. Sabe que tiene que estar hecho polvo y quisiera poder abrazarlo y acariciarlo para hacerle sentir mejor. El suspiro que se escapa de entre sus labios llama la atención de Alex y se propaga entre el resto de asistentes de uno en uno, hasta que se hace el silencio. Juanjo levanta la cabeza y los mira. Sonríe y pone cara de no me está pasando nada.

—Estoy bien.

Por supuesto, a estas alturas ya no convence a nadie.

—¿Sabes algo de Martin? —pregunta Bea.

—Sí, está bien. Solo, heridas leves; pero, por suerte, salió a tiempo. —Vuelve a suspirar.

—¿Salir de dónde? —La faceta de periodista de Violeta se pone en alerta.

—De La nave del olvido.

—¿Estaba dentro?

—Trabajaba allí. Era uno de los cantantes bailarines.

—Si me dices que además sabe actuar, me salvas la vida. —Juanjo se queda sin palabras—. No sabes lo complicado que les está resultando a las que llevan el casting, encontrar a personas carismáticas que sepan hacer las tres cosas.

—Ha hecho cientos de castings de actor, pero no ha tenido suerte. Puedo enseñarte vídeos, si quieres.

Juanjo los tiene por cientos. Estuvo a punto de borrarlos cuando se fue, sin embargo, borrarlos habría sido como arrancarse el corazón y aún no estaba preparado para dar ese paso. Juanjo le enseña uno tras otro los vídeos de sus actuaciones en la nave y en casa cuando preparaba las pruebas para los castings. Le encantaba grabarlo mientras le cantaba canciones de amor.

Mientras se los va enseñando, Violeta le cuenta que están buscando a artistas 360º, o lo que es lo mismo, que sean capaces de cantar, bailar y actuar. El premio del concurso será protagonizar un musical, aparte de una cuantía económica.

Volver a ver los vídeos, le remueve por dentro aquellos días en los que Martin le miraba bobalicón y a él, le ponían tontorrón. Ahora recordar aquella vez que le dijo: tu voz es lo único que quiero escuchar por el resto de mi vida, le provoca un nudo en el estómago.

—¿Estás bien? —le pregunta Bea.

—He sido un imbécil. Él siempre ha sido tan bueno conmigo y yo me he comportado fatal con él. Le quería tanto o más que él a mí, pero nunca se lo dije. Pensaba que él lo sabía y no me di cuenta de que necesitaba escucharlo. —Todos permanecen en silencio, observándolo—. Estoy bien. Lo arreglaré.

—Puedes empezar por darle mi tarjeta, dile que me llame y le informaré sobre dónde puede ir para que le hagan una prueba.

—Ah, creo que lo mejor es que llames tú a su agente. No tengo claro que acepte si se lo propongo yo. No estamos pasando por nuestro mejor momento.

Hoy os propongo un juego al estilo OT al día, ¿con qué tres palabras definierais a Martin y con qué tres palabras lo haríais con Juanjo?