—¿Que son esas manitas? —Charles golpea nuestro agarre haciendo reír a todos porque parece un niñito—, con mi hermana no, Norris.

—Hermano, estas borracho —Carlos se burla de él, mientras yo solo me rio tomando de mi copa—, deja a los niños en paz.

—No puedo, ya la perdí una vez, no pienso volverla a perder por otro corredor —me abraza fingiendo protegerme de Lando quien esta divertido de la situación—, si me la robas, voy a encontrarla.

—¡Sólo somos amigos!

—¡Que se quieren mucho! —grita con sarcasmo George, uniéndose a la platica—, si los hubieras visto en el estacionamiento, le beso completamente la cara.

—Eres un chismoso, George —golpeo su hombro juguetona—, Landito y yo solo nos queremos mucho ¿No es así, Lan?

Ambos nos miramos y asentimos totalmente de acuerdo por ello.

Bailamos, reímos y platicamos de todo. Bebo tanto que ya ni recuerdo donde he dejado mi celular, pero me importa poco porque estoy segura que lo tiene Lando, Charles o Carlos.

Tambaleándome, voy al baño y siento que voy a vomitar en algún momento porque no estoy acostumbrada a tomar. En Maranello nunca aprendí a embriagarme, siempre estaba borracha en mi tercera copa.

—Dime que por favor pensaste lo que te dije —Max me aborda cuando estamos en el pasillo oscuro hacia el baño.

—Aléjate, Max. Lando puede venir en cualquier momento —advierto, empezando a tener miedo porque tener este tipo de acercamientos en público me ponen nerviosa.

—¿Y él por qué debería de importarme? Ya se lo advertí hoy, no puede tocarte, tu siempre vas a pertenecerme —brama, pero yo solo quiero que me suelte por lo que empiezo a forcejear.

—Te dijo que la sueltes —Lewis aparece en la escena y corro directamente detrás de él cuando Max me suelta, no me doy cuenta que estoy temblando de pies a cabeza hasta que Hamilton me toma de los hombros, asegurándose de que este bien.

—Sí, estoy bien, solamente entre en pánico porque odio los rumores. Lo que menos quiero es que alguien empiece a decir tonterías —bufo, y empiezo a respirar con fuerza para tranquilizarme.

—Te acompaño a tu mesa, quizá ya debas volver al hotel, todos modos el lugar cierra pronto —me aferro a su brazo para sostenerme y trato de fingir que no ha pasado nada.

Al llegar a la mesa, Max me mira con enojo mientras que yo simplemente me acerco a Lando quien tiene mi bolsa puesta, estirando su mano para que yo la tome.

—Ya debemos irnos, linda —asiento, aferrandome a su agarre—, ¿Por qué tiemblas? ¿Ya te da nervios estar cerca de mi?

Niego, dando una pequeña sonrisa pero es inevitable no mirar hacia Max quien esta gritando la canción y bajo la mirada.

»¿Qué te hizo ese imbecil?

Me suelta dispuesto a ir hasta Max pero yo solo lo agarro del hombro.

—No vale la pena ¿De acuerdo? —me aferro a su torso para inmovilizarlo y puedo sentir como se relaja por lo que pongo mi barbilla en su pecho—, quiero palomitas de maíz.

—Bien, vamos a conseguirlas en un súper y me cuentas todo —me advierte y asiento, para luego empezar a caminar a la mesa de nuevo, para despedirnos.

—¿Ya se van? —burlezco pregunta Daniel y todos rien por el doble sentido pero yo solo le saco un dedo—, toda una fiera tu "mejor amiga".

—Pronto mi esposa —todos vitorean por ello y yo solo me río por lo bajo, ignorando la cara de Max, quien parece querer decir algo.

—¿Y mi hermano? —trato de pasar de eso, mientras sigo despidiéndome.

—Se lo llevó Carlos —me responde Gasly cuando llego a su lado—, ¿cuídense okey? La policía de tránsito se pone pesada a las afueras de los antros.

Asiento. Cuando es turno de despedirme de los Red Bulls solo alzo la mano y me doy la vuelta. Kelly se ha ido hace una hora y Checo es la única compañía de Max.

—¿Ya le dijiste a tu novio lo que hicimos? —grita y es cuando mi corazón se paraliza. Nadie sabe del beso, nadie sabe que hemos hablado a solas, a excepción de Lewis quien ahora se ve molesto—, no merece vivir en una mentira.

—Cállate Max Emilian —brama Lando, tirando de mi. No pienso caer en su provocación.

—Dile que disfrutaste que te besara.

Pensé que el lugar se quedaría en silencio incómodo, pero no, todos empiezan a ponerse de pie molestos e insultando al neerlandés por lo bajo. Pero no importa, porque Lando me mira totalmente confundido y yo no se que hacer.

—No le hagas caso amigo, esta ardido —Lewis es quien golpea el hombro de Lando, y el británico solo asiente, tomando mi mano.

Durante el viaje al hotel vamos en silencio y me mantengo con la cabeza baja porque siento que si miro las luces voy a vomitar.

Siento tanto dentro de mi corazón que me palpita demasiado. Tal vez sean los efectos del alcohol pero no quiero revelarme.

—Lo besaste —asiento— ¿Y no me lo dijiste?

—No quiero que la gente piense que Max me tiene, ¿entiendes? Estoy tan cansada de repetir una y otra vez que ya no siento nada por él y... es como si la gente no lo creyera y ya me harte —susurro, con enojo—, quiero enamorarme de nuevo, quiero que dejen de hacerme sentir que soy una tonta por un rubio del cual ya no siento nada ¡Nada!

Rompo en llanto porque estoy demasiado presionada. Nadie me cree. Piensan que aun Max puede hacer algo conmigo.

—Yo te creo —murmura. Con delicadeza me abraza y empieza a hacerme cariños en la espalda.

Me aferro a él, porque quiero muchísimo a Lando y saber que lo decepcioné así me duele.

No quiero que llegue la mañana y que Charles lo sepa.

Traitor - Olivia Rodrigo

Traitor - Olivia Rodrigo

Ups! Tento obrázek porušuje naše pokyny k obsahu. Před publikováním ho, prosím, buď odstraň, nebo nahraď jiným.
WHY - Lando NorrisKde žijí příběhy. Začni objevovat