Quizá

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Italia                              11:20pm

Salí del sótano después de ver como Jimin quedó inmóvil en el agua durante dos horas y media, no decía nada, no se inmutaba, solo una pequeña lágrima rodando por su mejilla izquierda.

Me sorprende la resistencia y el alto umbral al dolor que tiene, cada vez me sorprende más, como es capaz de enfrentarme sin titubear.

Estaba en mi habitación y sonaron dos golpes en la puerta.

- Pase - Dí el consentimiento.

Yoongi se adentro con la cabeza mirando sus pies, ya estaba en pijama.

- Hiciste lo que te pedí - Indagué con la mirada fija en mi libro "Hábitos Atómicos".

- Si...., Jungkook respecto a eso quería pedirte algo.... - Habló con duda

- Escucho.

- Quiero que saques a Jimin del sótano - Dijo con un tono de voz seguro

- ¿Qué? - Solté una risa cínica

- Jungkook, básicamente es culpa mía que él esté metido aquí, yo fuí quien desvío su auto en dirección a las mansiones, no pensé que justo cayera en la suya.

- ¿Qué me das a cambio?.

- Puedes desquitarte conmigo, tomaré su lugar.

Quedé estático, en serio quería hacer esto.

- Okey, ya veré que hago con él pero no te tomaré a ti - Concluí.

- Está bien - Se despidió para salir de la habitación.

¿Qué carajos acaba de pasar?

Solo lo mande a que le aplicara la crema y vino a decir eso.

¿Acaso lo amenazo?

Aunque su idea quizás me guste, sacarlo del sótano, tal vez....

- Nam - Hablé después de tomar mi teléfono y marcarle.

- Qué quieres Jungkook, me interrumpiste una cogida con mi señor esposo - Hizo saber irritado

- Mucha info, cuando te desocupes quiero que organices una habitación para Jimin, ve por el y lo instalas en ella.

- Oke - Afirmó después de un silencio en la linea.

Terminé el capítulo que estaba leyendo, apagué la lampara en mi mesita de noche y caí en los brazos de morfeo.

8:30am

Desperté por mi celular sonando, lo tomé viendo que es uno de los guardaespaldas en la puerta.

-Hola.....

- Señor nos están atacando - Me interrumpió

Colgué para levantarme de la cama, me dirigí hacia mi closet a pasos largos casi corriendo, tomé uno de mis francotiradores y una pistola.

Por la ventana de mi habitación logre darles a cinco en la cabeza, muñecos cayendo se veían por aquí y por allá.

- Seguro es el maldito de Kang - Dije entre dientes.

Se escuchaban vidrios ser rotos y veía algunos de mis subordinados peleando cuerpo a cuerpo con los intrusos.

Salí de la habitación y llegué a la puerta principal, disparé a los últimos que quedaban y todo terminó.

Agradezco tener puntería.

- Recojan los cuerpos y limpien - Ordené a la servidumbre.

- Llamen a alguien para que repare las ventanas - Pedí a Ji Woo

Clandestine love Where stories live. Discover now