Sangre y Martillo IV

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Kurai dirigía un escuadrón de lobos espaciales. Aunque, andaba de humor de perros, no por lo del emperador o Leman, sino porque está estresada de ser responsable de las vidas de algunos soldados de Leman.

Lobo espacial: No deberíamos matar a los orkos que nos encontramos en el camino? Al menos en los lugares menos peligrosos?

Lobo espacial 2: Lo mismo pienso, no entiendo esta innecesaria precaución, digo, son orkos.

Kurai solo seguía estresándose más por la desconfianza de los lobos espaciales hacia ella.

Lobo espacial 3: Oye, si tienes miedo solo dilo.

Kurai ya perdió la paciencia y le agarró del cuello al súper soldado.

Kurai: Primer punto, no todos los orkos son retrasados mentales, hay algunos que son astutos y se aprovechan de gente incrédula como tú para sorprenderlos. Segundo punto, yo no soy su líder y estoy a cargo de sus vidas, que le diría a Leman si muriese uno de ustedes? Que por miedo a seguir siendo juzgada les hice caso?

La mirada estresada de una loba que no comió durante días cambió a la de una depredadora enfurecida ante un cachorro.

El lobo espacial que fue agarrado por Kurai sintió miedo al notar la agresividad de una loba hambrienta y muy grande. Kurai lo soltó mientras todos los lobos espaciales reconocieron quien es la alfa ahora.

Kurai: Así que, por favor, no me obliguen a responderle a Leman.

Ningún lobo espacial respondió, obedecieron como buenos cachorros hacia su madre. Encontraron las torretas orkas y Kurai habló.

Kurai: Ya saben que hacer, yo haré mi parte.

Kurai comenzó a masacrar a los orkos, los lobos espaciales aunque querían ver sus capacidades de lucha de la mujer sabían que no debían entretenerse y siguieron.

Mataron a los orkos encargados de enviar mensajes a larga distancia.

Leman observó la destrucción desde lejos con una sonrisa.

Leman: "Bien" Lobos espaciales!!! Por el emperador!!!

Cargaron la legión contra los orkos muy sorprendidos por las pérdidas de sus torretas.

Una hora después.

Los orkos fueron purgados, pero Kurai volvió con un semblante frío pero triste hacia Leman, quien la observó serio al ver lo que llevaba.

A pesar de los intensos esfuerzos de Kurai, un lobo espacial pereció.

Colocó suavemente el cadáver frente a ella y frente a Leman, y la mujer se sentó sobre sus piernas con las palmas en la frente de sus piernas.

Leman recogió el cadáver en silencio, pero Kurai no se movía, sintiéndose completamente culpable por la muerte de un soldado bajo su mando que era de otra persona.

Leman: Porque te quedas así? Vas a deshonrar a ese soldado si te quedas como una loba herida sin voluntad de vivir, mejor aprende de tus errores o sigue adelante. Hacer duelo por la pérdida de alguien es una pérdida de tiempo.

Ella lo miró en shock, pero Leman respondió con sabiduría.

Leman: De nada sirve hacer duelo por soldados si muchos más morirán y otros más sin que nadie los recuerde, lo mejor es seguir avanzando y luchando por los caídos y por los vivos. Ven, de seguro el emperador querrá ponerte más a prueba.

Kurai obedeció, pero luego respondió.

Kurai: Perdiste tantos cachorros que ya no podías llorar por más?

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