Mei
Ambas perdimos la noción del tiempo por tanto beso, mis miedos, temores e incertidumbres poco a poco se fueron disipando, pero aún quedaba esa duda que quería resolver... ¿Qué somos en realidad Shiki y yo? En este punto pensé que si lo preguntaba podría salir contraproducente, así que deje pasarlo por alto.
Pasados los besos nos quedamos mirando el árbol navideño que estaba en el centro comercial tomadas de la mano, no sabía que decir o hacer, solo quería estar así por toda la noche, así que impulsivamente sin pensar comencé la plática de nuevo con Shiki.
- Oye...
- Dime...
- ¿Crees... que podamos pasar esta noche en mi casa?
- ¿Estás segura?
- Bueno... si no quieres... o si ya tienes planes con tus pad...
- Vayamos a tu casa.
- E... ¿Enserio?
- Mis padres iban a salir y estaría sola en casa, al menos así podemos pasar este día a modo de pijamada.
- Bien... compremos algo para cenar.
Nos levantamos de la butaca y caminamos hacia la zona de comida, pero como hoy era una fecha muy especial la mayoría de sitios tenía una larga fila de espera, así que sugerí que mientras yo esperaba en el puesto que tuviera menos gente ella iría por un pastel a lo que accedió; esperé algo así como unos veinte minutos hasta que por fin me atendieron y pude conseguir algo para las dos así que fui a donde nos reuniríamos antes de irnos a mi casa, pero cuando llegué me tope con que ella estaba siendo acosada por un chico más o menos de nuestra edad.
Shiki se veía un poco molesta ya que ese chico no la dejaba, si caminaba para evadirlo la seguía sin quitarle el ojo, eso me enfureció y me acerqué para confrontarlo pero cuando ya estaba cerca de ellos un tipo me tomó de la cintura a modo de abrazo mientras me invitaba a no sé qué, Shiki se había dado cuenta cuando iba a ayudarla y vio la acción en curso, sorprendentemente dio medio giro y le propinó un puñetazo en la mejilla, me sorprendió ver su cara de enojo, pero el otro chico que la estaba acosando intentó abrazarla en un intento de someterla y como ya tenía algo de enojo acumulado le di una patada cerca de las costillas.
Ambos chicos cayeron al piso así que aprovechamos para buscar a un oficial y le contamos lo sucedido, en poco tiempo llegaron dos guardias y los sacaron del centro comercial.
- ¿Estás bien Shiki?
- Sí, ¿Y tú Mei?
- También, será mejor que vay...
- Espera...
- ¿?
- Tu zapato.
(Mei observa que la cinta de su zapatilla está rota)
- No te preocupes...
- Pero... esos son tus favoritos, debió romperse cuando le diste esa patada... te compraré otras zapatillas, volva...
- No hace falta Shiki.
- Pero...
- Lo importante es que estamos bien, además, esto tiene arreglo, otro día puedo mandar a que le cambien la cinta.
- Al menos déjame pagar por la compostura.
- Ya te dije que no...
- ¡Por favor!
(Shiki mira Mei con determinación así que al final accede)
- De acuerdo.
- Por lo mientras deberías cambiártelos, debe ser incomodo caminar así.
- Pero no traigo otros zapatos, puedo aguantar hasta que lleguemos a casa.
- Mira, en mi mochila traigo unas sandalias, puedes usarlas.
- ¡Por supuesto que no! Sabes que no me gusta usar calzado abierto.
- ¿Por qué no?
- Ya sabes... no me gusta mostrar los pies.
- ¿Por qué? Si tienes unos pies bonitos.
- No digas eso, además ¿De dónde las sacaste?
- Mientras preparaba mis cosas sin querer las puse arriba de mi mochila cuando me marcó mi senpai para decirme a donde nos veríamos para que me diera tu regalo, y creo que no me di cuenta que estaba abierta y cayeron dentro, al cerrarla no me percaté hasta que iba a guardar tu regalo y las vi.
- Peor aún, no puedo usar calzado tuyo, ¿Qué tal si te pego algún hongo u olor?
- No digas eso, además, si ese fuera el caso no habría problema.
- Aun así...
- Vamos, casi no pasa gente por aquí así que no podrán verlos.
- De acuerdo... pero date la vuelta.
- No veo por qué hacer...
- ¡Date la vuelta!
(Shiki suelta una risa y se voltea, mientras tanto Mei retira su zapatilla rota seguido de su calceta y se pone la primer sandalia, seguido de eso desabrocha la otra y retira la calceta e introduce su pie en la sandalia)
- ¿Ya?
- Sí... pero no mires tanto.
- Te ves muy linda...
- ¡Claro que no soy linda! ¡Tú eres más linda!
- No, tú.
- No, tú
- ¿Quieres un beso?
- Sí... digo... no... digo... mejor caminemos que hace frio.
- De acuerdo.
(Shiki procede a caminar pero de repente siente la mano de Mei en su hombro quien la gira para darle un beso, Shiki se queda sin palabras y solo intenta ocultar su rostro ruborizado con los mechones de su pelo, Mei solo sonríe y retoman su camino hacia la casa de Mei).
