MOMENTOS

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Luego de la gran sorpresa que Sam me había regalado, mis días se volvieron de un color diferente, bueno, desde que Sam había llegado a mi vida, todos los días habían tenido un color distinto, ya estaba totalmente enamorada de él y supe aquella noche en su carta, que él también lo estaba de mi, ya no me esforzaba en negarlo, cada vez que lo veía prácticamente corria hacia él y lo abrazaba muy fuerte, ya no me importaba que la gente o las chicas del dormitorio nos vieran, el aún no me había pedido ser su novia y tampoco nos habíamos vuelto a besar, él tan solo me abrazaba muy fuerte y me recibia o despedía con besos en la frente, eso me derretía cada vez más, en verdad, aquello no me molestaba, me parecía una "relación" de lo más bonita.

Eramos tanto, sin ser nada.

En mi hogar en México, las cosas estaban bastante complejas, por una parte mi madre con sus estudios y exámenes sobre tu Cáncer, ya habían avanzado en algo, pues ya habían identificado de donde provenía y ya habían iniciado con el tratamiento, aunque lo más difícil de todo, fué enterarme que se había tenido que afeitar su cabello, eso me dolió muchísimo, siempre admiré el largo y hermoso cabello de mi madre, ella que con sus recetas venezolanas lo cuidaba como nadie en el mundo. Por otro lado mi padre, al parecer, cuando ya la situación económica, estaba resultando difícil, de la nada y con la ayuda de un compadre, había conseguido un puesto en una importante construcción que había comenzado en la ciudad, esto me había alegrado bastante, ya que podían costear los gastos de mi madre y según los médicos, con el dinero suficiente podrían operar a mi madre y así poder evitar que siguiera enfermandose, bueno eso le daba un poco de luz a todo aquello que sucedia en mi hogar.

Mis estudios habían avanzado bastante bien, aunque aún no pertenecía a un grupito como tal de mi clase, me la llevaba bien con muchos de mis compañeros, es más, habíamos participado en un reto de Literatura con otros institutos y universidades y logramos obtener el segundo lugar, eso nos ponía bastante contento a todos, pronto iniciarían las siguientes pruebas de rendimiento y cada uno andaba enfrascado en eso, nos pusimos como meta, tener el mejor promedio por sección de todo el instituto. Así pues, nos reuniamos seguido a estudiar y ayudarnos entre todos.

A Wendy la había visto poco las últimas semanas, habían comenzado las pruebas para los nacionales y futuras olimpiadas, así que ella se la pasaba entrenando fuerte, pasaba mucho tiempo en clases y en el gimnasio.

Y Sam.... bueno con Sam todo era distinto, era todo lindo, todo tierno, me ayudaba cuando no entendía algo en la biblioteca, resultó ser un chico bastante inteligente, nuestras conversaciones duraban todo el día y por las noches nuestros encuentros se hacían cada vez más emocionantes, me contaba historias nuevas, me dedicaba frases, me regalaba chocolates, era como si de verdad se esforzará por ser el chico perfecto.

Lo único malo de todo, eran las malditas pesadillas, al pasar los días, pude comprobar que si estaba en lo correcto, las pesadillas solo ocurrían los días que pasaba junto a Sam, eso me ponía cada día más angustiada... ¿cual seria la conexión?.

Pasaron los días y sin darme cuenta ¡¡había llegado el día del concierto!!... al principio no lo creía, esa noche cumpliría uno de mis más grandes anhelos.

¡IRIA A UN CONCIERTO DE COLDPLAY!

Sam me dijo que pasaria por mi a las siete de la noche, varios estudiantes del instituto también asistirian, asi que lograron de alguna manera contratar al bus del instituto para que nos llevase y nos trajese, nos reuniriamos con ellos y luego iríamos al concierto.

Yo no sabia que ponerme, estaba tan nerviosa que coloqué las pocas prendas que tenia para salir de noche encima de la cama, hice diez mil combinaciones y ninguna parecía ser la indicada, era una noche especial, debia ir vestida de esa manera, ya casi era la hora y yo aún en paño sin poder decidirme, en eso me llegó un mensaje de Sam, me puse más nerviosa, así que en un arranque de locura, tomé una falda corta de volados de color negro, una blusa corta con mangas largas color blanco, me coloqué mis aretes y collar de Luna, unas botas Converse corte bajo, medias largas y salí, me sentía la mujer mas ridícula del mundo, pero ya no había tiempo, era casi la hora, salí y en la parada del autobús, estaban ya las demás personas, Sam estaba entre ellos, yo me acerque bastante apenada por mi estilo rápido de ropa, pero en cuanto Sam me vió, algo iluminó su rostro, su sonrisa estaba de oreja a oreja.

Citas a MedianocheWhere stories live. Discover now