Capítulo 26: Desastre

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"¿Venís?"

Música a todo volumen de fondo, mucha gente en todos lados, Agustin y Lucas a los gritos bailando. Él los miraba con un trago desde su sillón, porque si bien lo emocionó la idea de realizar esa fiesta por un rato, ahora se quería matar. Porque ganas no tenia de bailar, ni de tomar, ni de salir, ni de festejar. La ola en la que lo subieron sus amigos lo arrastraba a ese momento en que no dejaba de putearse a si mismo analizando como es que siempre terminaba en esas secuencias.

Quizás era porque ellos buscaban entretenerlo y veían en esa la mejor forma. Desde que pasó lo de Olivia fue así: Agustin digitándole la agenda y Lucas llevándolo a rastras a cualquier fiesta que apareciera. El único que solía oponerse o le refutaba algo era justamente el que faltaba aquel día, Julián.

― Ey ― Y cuando pensó que no podría ser peor el panorama, la puerta se abrió y tres personas cruzaron la puerta. A Gonzalo Montiel lo conocía de River, muchos años compartiendo vestuario o entrenamientos y aunque Enzo siempre fue de reserva, no era un completo desconocido. Lo que lo sorprendió era quienes lo acompañaban: Rodrigo De Paul y Leandro Paredes le sonreían con algo de complicidad como si lo conocieran de años. ― ¿Cómo andas Enzito? ― fue Cachete quien lo abrazó con fuerza.

― Pendejo ― la voz de Rodrigo mientras chocaba manos lo sorprendió ― la semana próxima te quiero ver en la cancha eh... estuve mirando los últimos partidos.

― ¿Cómo andas Fernández? ― Y sin duda Paredes fue el más cortante. Después del escandalo con Clara en Ezeiza Enzo lo había cruzado en aquella fiesta en que la conoció y no más. Y aunque estaba todo bien con el cinco de la selección el haber invitado a Clara esa noche comenzaba a parecer un error.

― Todo bien che ― sonrió con timidez ― Alla hay para tomar si quieren.

― ¿Alguna minita? ― lo abrazó De Paul por los hombros ― ¿O nada?

― No seas tarado Rodrigo ― lo retó Leandro con seriedad. A Enzo le bastó una mirada para saber que el centrocampista sabia. Sabía lo que tanto le dolía y a lo que a la mayoría le hacía falta un clic en Google para saber. ― Discúlpalo, es un imbécil.

― Pero es una fiesta hermano, hay que divertirse.

― A vos sabes la diversión que te va a dar la triple t cuando se entere donde estas ― lo jodió Gonzalo, ganándose una risa general. Enzo suspiró sin sacar la sonrisa: era su sueño. Compartir con el seleccionado nacional, estar con los campeones de América, con quienes jamás pensó llegar a ver un año atrás.

― ¿Julián viene? ― la pregunta de Leandro fue directa hacia él. Y Enzo, en la forma en que los ojos de él lo escrutaron, supo que el interés del jugador no era su amigo. ― Imagino que sí.

― Capaz con la novia ― respondió intentando no ser obvio en lo mucho que le molestaba el notable interés de Leandro. Rodrigo y Gonzalo se rieron, porque no solo fue obvio para él.

― ¿Al final se puso las pilas con la hija del muñe? Lo van a asesinar ― bromeo Cache tomando uno de los vasos de la mesa y llenándolo con algo de alcohol.

― No, es otra chica ― corrigió Enzo.

― ¿En serio? ― Leandro ahora parecía preocupado. ― ¿No es Agus?

― Amigo ― Agustin se acercó justo en ese momento y abrazó a Enzo por los hombros mirando con fascinación a Leandro y a Rodrigo ― ¿No nos vas a presentar?

Y entonces la charla viró al futbol, a la copa América, a la proximidad del mundial. A las altas chances que Enzo tenia de ser convocado, a su próxima venta al Benfica. El Benfica, en Portugal, del otro lado del mundo, lejos de todos. Faltaba poco para que tenga que firmar y, aunque no era seguro, tal vez tan solo unos meses para tener que irse allí. Todos lo felicitaron al decir lo que era un secreto a voces, pero Enzo, aunque recibía dichos halagos con una sonrisa, no dejaba de pensar en lo desastroso que podría ser estar en otro país en ese momento.

Claroscuro - Enzo FernándezOnde histórias criam vida. Descubra agora