Capítulo 16: Ser feliz

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Pastillas para dormir. Pastillas. Un blíster vacío, otro por la mitad. Clara todavía estaba dormida cuando él decidió salir de su habitación para volver a la habitación de huéspedes, por lo que no se percató que llegó a ver las píldoras sobre su meza de luz. Enzo las había tomado por un tiempo luego de la muerte de Olivia por indicación del médico del club. Los primeros días fueron necesarias. Su mente no dejaba de reproducir el accidente en loop y conciliar el sueño era una tarea imposible. Con el tiempo dejó de tomarlas, sobre todo por lo mucho que le afectaban físicamente y comenzó a buscar otras formas de canalizar sus pesadillas.

Porque seguían. Había noches muy largas, donde la discusión con Valentina antes del accidente se repetía una y otra vez en su cabeza, donde se preguntaba una y otra vez qué hubiera pasado si alguno de ellos se cercioraba de que estuviera bien puesto el cinturón de seguridad. El "qué hubiera pasado si..." era su tortura nocturna y las formas de apagarlas variaron de las pastillas al alcohol, de las noches de fiesta y el sexo sin ganas a las noches con Clara. Era extraña la sensación con la que se quedaba después de estar con ella: realmente le transmitía paz. Paz que Enzo sabia era solo una sensación: Clara era caótica.

Todo eso rondó su mente mientras intentaba dilucidar por qué ella tomaba esas pastillas. Se preguntó si Julian lo sabrá, si sus amigas lo sabrán, si había una indicación médica. Algo le decía que no y esa duda le generaba incertidumbre, preocupación e inclusive algo de comprensión. Clara también quería olvidar todo. Y Enzo sabía perfectamente de qué se trataba ese sentimiento.

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Noche.

Hotel cuatro estrellas.

Luces de colores, mesas decoradas, fotos de Alexis y de Camila por todos lados. Invitados que comienzan a agolparse en la entrada entre risas y reencuentros. Los novios en la recepción, saludando a todos los que llegaban con una sonrisa gigante en los labios. A Clara las bodas no le llamaban la atención. De hecho, le parecían hasta ridículas.

Era consciente que su opinión sobre el amor en ese momento estaba vinculada a lo mal que la había pasado en su reciente separación. Pero inclusive estando con Leandro la idea del "amor para toda la vida" le resultaba imposible, ahogante, difícil. Lo soñaba cuando era pequeña: alguien que la quiera y la rescate y la ame y la bese y ser la princesa de un cuento feliz. Pero esos cuentos no existen y en la realidad todo era diferente: el amor de su vida deja embarazada a otra mujer y te deja. Y el cuento deja de ser cuento y el rescate comienza a ser un problema y haberse aferrado tanto a la idea de que alguien la quiera, un mito.

Es por eso por lo que al llegar y saludar a los novios decidió no felicitarlos. Camila era su amiga desde muy chicas, se había enamorado de Alexis cuando esté jugó en Boca y fue acusada de traidora por varios de sus amigos durante un buen tiempo. Algo parecido a lo que a ella le había sucedido con Leandro, aunque ella supo huir del escrutinio publico y Paredes no era un desconocido mas del plantel de Boca. Jugaba en la selección argentina.

— Claraaaa — el grito de Oriana Sabatini al ingresar al salón principal la hizo reír. La morocha tenía una pollera negra y un top bastante sutil y se movía hacia ella con agilidad y rapidez, tironeando de su brazo a Paulo Dybala. Ellos eran así. Siempre lo fueron desde que empezaron a salir, luego de que Paulo en una cena con ella y Leandro le pidiera el número de su amiga. — Ay, te extrañe mucho.

Los brazos de Oriana rodearon con fuerza el cuello de su amiga. Clara tuvo que hacer un paso para atrás para evitar tropezar y caerse. Esa efusividad, ese cariño.

— Hola Ori, hola, Pau ¿Cómo andan? — Clara saludó con un beso en la mejilla al chico, quien la miraba con un gesto extraño en el rostro.

Claroscuro - Enzo FernándezWhere stories live. Discover now