Especial San Valentín (Primera Parte)

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  • Dedicado a Adriana Ramirez
                                    

Si el especial de Halloween os pareció una locura preparaos para éste xDDD. La imagen de algunos personajes puede cambiaros para siempre así que cuidado jajaja

En estos especiales hay mucho CaínxAmara porque cuando escribía esta historia la gente estaba obsesionada con esa pareja y siempre m epedían más de ellos y como sabía que las iba a hacer sufrir las compensaba con fan service xD (tengo un gran corazoncito en el fondo)

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El segundo infierno, el Naraka, estaba habitado por los súcubos e íncubos al servicio de Kamadeva. Samael avanzaba por el Corredor de la Tentación intentando apartar la vista de las explícitas esculturas de las que pendían demasiados órganos sexuales. La tenue luz roja que iluminaba la estancia la dotaba de una atmósfera más íntima, al igual que el suelo y las paredes que estaban cubiertos por una mullida moqueta del mismo color. A los lados se disponían varias camas, todas ocupadas. De repente le salió al paso una hermosa súcubo con muy poca ropa y la mitad de su cabello era de un azul eléctrico, y la otra mitad, verde. Le sonrió con sus brillantes ojos negros y le propinó un increíble morreo en el que le devoró toda la boca. Cuando las manos de ella volaban provocadoras sobre su pecho, se abrieron las cortinas del fondo y tras ellas apareció Kamadeva. El príncipe infernal se hallaba recostado sobre un lujoso lecho sosteniendo una copa de vino especiado. Le susurraba algo a un joven muy atractivo de cuerpo lampiño y apariencia feérica que estaba escribiendo algo sobre unos pergaminos esparcidos. Samael avanzó hasta quedar frente a ellos. Kamadeva sorbió un pequeño trago y mientras se relamía los labios habló:

—Menos mal que has sido puntual. Si llegas a retrasarte me habrías encontrado ocupado y habrías arruinado un bello momento.

—Tú siempre estás ocupado —respondió Samael aún con una nota de humedad cubriendo sus labios—. Klim kamadevaia vidmahe, pushpa-banaia dhīmahi, tan no ananga rachodaiat.

—¿En qué puedo ayudar a alguien como tú, Sam?

—Necesito pedirte un encargo.

—Sabes que siento debilidad por Dennis. Si me lo cedes por una temporada te ayudaré encantado.

—Tienes que hacer que un diablo y un ángel se enamoren.

El semblante de Kamadeva se aseveró. Se incorporó de su lecho y los flecos de sus ropas de seda oscilaron.

—Por hacer que dos ángeles se enamoraran estoy aquí desterrado. ¿Qué me ocurrirá si hago que dos seres tan diferentes se junten?

—No pasará nada. Aquí Metatrón no puede encontrarte y Lucifer está muerto —en realidad esto último no era así exactamente, pero Kamadeva no tenía por qué conocer todos los detalles.

—Sé porqué haces esto, Sam. Es por la maldición.

Un silencio incómodo les envolvió. Se escuchaban gemidos procedentes de todas partes y la fragancia que desprendían las velas y el incienso les intoxicaba los sentidos.

—Hay otras formas de hacer feliz a tu mujer —siguió hablando Kamadeva.

—Ya lo he intentado todo y lo sabes. Además, lo que te pido no te costará mucho. Entre ellos ya hay atracción, tan sólo les hace falta un pequeño empujón. Va a acabar ocurriendo igualmente, pero me gustaría adelantar lo inevitable para poder celebrar el catorce de febrero como es debido. Superbia anda muy solicitado últimamente, pero le estoy reservando para ti.

—No sé… —titubeó clavando sus ojos azules en el fondo de la copa—. ¿Tú que opinas, Oberón? —le preguntó a su escriba.

—No creo que ese Superbia sea mucho mejor que yo, mi señor.

Dolce InfernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora