Amor prohibido

Capítulo 20: Exclusividad

Le pego en el pecho con el ceño fruncido.

- No harás eso, es mi amigo a pesar de todo y admito que solo lo hacia por venganza, porque fuiste un idiota conmigo.

Sonríe de lado.

- No lo mato por ahora, pero vuelve a tocarte de esa forma y me encargaré de darle a Thor a tu querido amiguito.

- Bien- bufo- Eres insoportable.

- Tú también lo eres, princesa.

Nos miramos a los ojos un momento hasta que la tentación me puede más, beso sus labios y dejo que me alce sentándome sobre el corral de Zeus, me acaricia los muslos y nos mantenemos así unos segundos hasta que un relinchido a nuestro lado nos sobresalta a ambos.

- ¡Zeus!- me río.

Vuelve a relinchar y Alexandre me aprieta más contra él.

- Primero Thor y ahora Zeus, enamoraste a mi caballo y a mi perro, genial.

Me encojo de hombros.

- Soy irresistible, no puedes negarlo.

Sonríe y rueda los ojos, esconde la cara en mi cuello dejando un camino de besos que no llegan a más ya que Zeus intenta morder a Alex.

Me parto de la risa cuando se echa para atras sorprendido por lo que "su caballo" acaba de hacer.

- No te pongas celoso bonito- beso su hocico.

Busco zanahorias para darle y escucho el bufido de Alexandre.

- Oye...era más importante lo que hacíamos.

No le presto atención concentrándome en lo que hago, termino de dársela y vuelvo con el hombre que me espera enfurruñado con un cigarro entre los labios.

- Eres un malhumorado y caprichoso- envuelvo mis brazos en su cuello.

Suelta el humo lejos de mi rostro y me toma de la cintura para acercarme a él, aprovecha el momento y desliza la mano por mi trasero antes de masajearlo.

Quiero continuar con lo que hago pero muy a la fuerza termino por separarme de él.

- ¿Qué pasa?- respira agitado.

- Debo empezar las practicas para la reunión, tengo que convertir en stripers a dos chicas y tenemos que trazar bien nuestro plan.

Alza las cejas.

- Bien, en la noche ve a mi despacho y arreglamos todo- suspira y me mira de una forma que me asegura que lo que dirá, no me gustará en lo absoluto- Debes incluir a Marina y no te lo digo como orden, es una buena soldado a pesar de todo.

Ruedo los ojos y me cruzo de brazos, a pesar de que en un inicio iba a hacerlo no sé si quiero ahora que sé que la rivalidad está más latente que nunca, admito que soy complicada para trabajar así.

- Amara....

Lo miro y deseo hacerle un gran berrinche pero no quiero ser inmadura, termina de convencerme cuando se me acerca a tomar mis labios.

- No seas una niña- me regaña suavemente.

Me alejo de su toque alzando las manos en rendición.

- ¡Bien! Como quieras, la incluiré, pero si me agota la paciencia no te aseguro que salga ilesa- advierto y asiente con una sonrisa divertida- ¡No te rías, imbécil!

Me alejo para buscar a la tonta y de paso debo verificar que Nate esté bien, me había olvidado completamente de él.

Me dirijo al cuarto de mi amigo y toco un par de veces hasta que abre la puerta, me sorprendo de verlo sin un solo golpe en el rostro pero se alza la camiseta y me muestra el gran hematoma que cubre su costado.