Rumeite - KaiKook

20

Con los primeros rayos del sol Kai despertaba y por más que estiraba la mano no estaba Jungkook a su lado así que se levantó hacia la cocina donde escuchaba ruido y veía a Jungkook tarareando mientras preparaba el desayuno.

—Buenos días. —Había notado su presencia.

—Buenos días, mi amor. —Lo abrazó por la espalda —. ¿Qué vamos a desayunar?

—Waffles, pero compré una wafflera de figuras. ¿Te gustan?

—Son muy lindos. —Beso la mejilla de su novio.

—Entonces lávate las manos para desayunar. —Se giró sin romper el abrazo para besarlo —. Yo terminaré de prepararlos.

—No tardo. —Le dio otro beso.

—¿Quieres chocolate?

—Si por favor. —Fue al cuarto de baño a lavarse las manos.

Mientras Kai se lavaba las manos Jungkook llevaba las cosas a la sala y las dejaba en la mesita frente a las colchonetas e intentaba buscar una película para ver con su novio. Su novio esa palabra hacia sonreír a Jungkook.

—Ya estoy aquí. —Se sentó a su lado y lo beso.

—¿Qué planes tenemos para hoy?, para celebrar nuestro noviazgo.

—No lo sé aun me debes una cita.

—Lo sé, pero no sé a dónde llevarte solo se me ocurre llevarte a mi bar favorito, ya sé que es muy cutre lo siento.

—Me parece bien si es contigo.

—Hoy a las nueve de la noche nos veremos aquí y te llevare.

—Es una cita y me dará tiempo.

—¿Tiempo para?

—Tengo una entrevista de trabajo hoy en la tarde.

—Qué bueno cariño sé que te contrataran si no ellos se lo pierden.

—Quemaremos el edificio si no me contratan.

—Por cierto, hablando de quemar, ya le reclamaste a Jisoo por querer hacer el mundo arder. —Tomo su taza para tomar su contenido.

—Ya, mientras estaba ayudando a tu hermana fue a visitarla y le dije además le conté todo y me dijo: hago qué él mundo arda y ustedes le echan gasolina.

—De cierta forma tiene razón.

—También me culpo porque siempre le contaba de un chico que me gusta —Abrazo a Jungkook y lo trajo hacia él —, y un chico que me acosaba y como no le dije nombres y pues eso paso.

—Me alegra saber que yo soy él que te gusta y no él qué te acosa.

—Ni me recuerdes a Soobin, no ha dejado de llamarme y eso que bloque su número.

—Bloquéalo, pero de tu vida. —Dejo su taza.

—¿Cómo hago eso?

—¿Quieres que me encargue?

—Ya se aburrida.

—No creo.

—No pienses en eso y mejor come, mi amor.

—Está bien espero que no caigas en sus trucos.

—Si eso pasaba dame un golpe.

—Cariño yo nunca te golpearía, yo te dejaría sin descendencia y hago qué te la comas.

—Pero mi descendencia va a ser contigo.

—Ya veremos eso.

—¿Tus padres como los tuvieron?, ¿quién es de quién?