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—Entonces ya conociste a mi hermano.

—Si, no parece tan tonto como lo dijiste.

—Lo conociste qué, cinco minutos.

—Más o menos. ¿Aun quieres seguir con el plan?

—La verdad es si tú quieres; lo que hace mi hermano dejo de importarme hace mucho.

—Lo sé, pero te voy a decir algo. La mayor parte de las personas quieren vengarse de quienes lo lastiman sin embargo la mayor parte del proceso se necesita ayuda y tú tienes quien quiere ayudarte.

—Gracias Yeosang, solo ten cuidado. —Yeosang asintió.

•♡•

En la mañana siguiente Hoseok tomaba el elevador hasta su oficina, pero en el segundo piso subieron muchas personas mandándolo hasta el fondo.

—«Esto es perfecto».

—No puedo qué está saliendo mal mis planes. —Soobin y Mingi estaban adelante de Hoseok, pero no se dieron cuenta de su presencia.

—No sé de qué te quejas. –Hablaban en voz baja y aun así Hoseok los escuchaba perfectamente.

—Si lo sabes. Mandaron a Kai a descansar y lo va a cuidar su tonto noviecito —Hoseok supo inmediatamente qué se refería a su hijo —, debió quedarse y cuidarlo yo.

—Hablas como si lo odiaras.

—Lo hago, el estúpido de Taehyun no ayuda mucho y menos tú.

—¿Qué quieres que haga? Se nota que él no confía en mí.

—Es fácil lo que debes de hacer, primero te ganas su confianza, le hablas bien de mí y te metes con su noviecito para que él los vea y terminen.

—Muy fácil, no llevara nada de tiempo —dijo sarcástico. El elevador paro y la mayoría bajo incluidos Soobin y Mingi.

Hoseok soltó una leve risa no podría creer que la persona que Jungkook le hablo estaba trabajando donde él.  Cuando el elevador paro volvió apretar el botón para su piso correspondiente.

Ya en el piso camino hasta su oficina y cerró las persianas y su vista se enfocó en el reflejo de la ventana, descubrió su hombro para ver los números que tenía tatuados. No iba a permitir que le arruinaran la vida a sus hijos como se lo arruinaron a él.

Mientras se miraba en la ventana, su reflejo le recordó a aquellos días oscuros de su juventud. Cerró los ojos por un momento, tratando de alejar los recuerdos, pero eran persistentes. Su mente volvió a aquellos años en los que su familia conservadora intentó cambiarlo a través de terapias de conversión.

Recordó las sesiones en las que fue obligado a hablar sobre sus supuestas 'desviaciones', mientras los terapeutas trataban de convencerlo de que la homosexualidad era un pecado y una enfermedad que debía ser corregida. Experimentó de nuevo la angustia que sentía al ser forzado a interactuar con chicas, como si eso pudiera cambiar quién era en realidad.

Cada encuentro incómodo y cada intento desesperado de encajar en un molde que no le correspondía quedaron grabados en su memoria. La presión de su familia y la sociedad para que negara su verdadera identidad le causaron un dolor profundo y un conflicto interno que duró años.  Pero fue en uno de esos encuentros forzados que ocurrió algo inesperado: una de las chicas quedó embarazada. La noticia sacudió su mundo y lo llenó de miedo y confusión. Sabía que no podía seguir viviendo una mentira.

No recordaba mucho de como logro escapar de ese lugar con los bebés, sus hijos en ese momento se encontraron solo, sin un plan claro, pero estaba decidido a proteger a esos pequeños seres inocentes que ahora dependían de él. Mientras buscaba un refugio seguro para ellos, encontró a alguien; alguien que le tendió la mano, quien lo ayudo, quien le enseño todo lo que es ahora y el que acepto su relación con el amor de su vida Yoongi (quien no dudo ni un segundo en aceptar a esos niños como suyos también). Alguien que pudo llamar papá hasta el día que partió del mundo.

El toquido de la puerta lo hizo reaccionar.

—¿Qué quieren?

—Señor Jung tiene junta en diez minutos.

—Gracias Mingi.

Sería capaz de él mismo de arruinarles la vida a quienes se metan con sus hijos.

Salió de su oficina y se encontró con Kai qué apenas llegaba.

—Te había dicho que te tomaras unos días por enfermedad.

—Lo sé, pero hay mucho trabajo y no lo iba a dejar solo además ya me siento mucho mejor.

—¿Te le escapaste?

—Sí, por eso llegué tarde. Ya recibí un reporte de recursos humanos.

—A partir de hoy no le hagas caso a Choi —Kai lo vio confundido —, a partir de hoy seré tu jefe directo y todo me lo reportaras a mí.

—Pero señor, ¿no se enojará el dueño si pasamos sobre de él?

—¿Por qué me enojaría yo mismo de mi orden? —susurro solo para ambos.

A Hoseok le gusta pasar por un empleado más porque eso era para sí mismo. un empleado.

—¿Usted es? —Hoseok le guiño el ojo —. Vámonos o llegaremos tarde a la junta.

—Si señor. —Fue atrás de él.

—Por cierto, Kai te puedo pedir algo —dijo una vez dentro de la sala de juntas solitaria.

—Si señor.

—No confíes en Choi ni Mingi.

—No pensaba hacerlo. —Hoseok sonrió.

•♡•

—Ay dios ya no puedo más, tontas escaleras.

Yeosang aventó su mochila y se sentó en el descansillo de ellas.

—¿Por qué nunca sirven las eléctricas? Pero quería estudiar ese curso, debí investigar donde estaba el lugar. —Pataleo y la gente a su lado lo veía raro.

—No deberías sentarte ahí. —Yeosang alzo la mirada y vio a San quien le sonreía.

—Eres tú, el chico que se altera cuando lo dejan solo en una caja.

—¿Lo hiciste a propósito?

—No. —Tomo sus cosas y siguió subiendo con dificultad.

—¿Quieres compañía?

—No. —San lo seguía a diferencia de Yeosang el subía sin dificultad.

—Te falta condición física. —Yeosang lo volteo a ver serio, siguió subiendo.

—Idiota. —Volvió a detenerse —. Vete antes que grite qué me estas siguiendo.

—No tiene valides esa amenaza si solo hay una salida.

—Si qué subes sin sudar.

—Ya te dije, necesitas condición física.

—Si tú la tienes tan buena entonces súbete cargando.

—Eso sería peligroso.

—Entonces no opines sobre mi condición. —Arrugó la nariz.

—«Que adorable» —San sacudió la cabeza alejando ese pensamiento repentino y se dio cuenta que Yeosang ya se había ido y sin darse cuenta de sus acciones terminó siguiéndolo nuevamente con una sonrisa.

Rumeite - KaiKookWhere stories live. Discover now