"¿Afganistan o Irak?"
La combinación de la pregunta resuena en la cabeza del joven consultor de detective cuando la marcha nupcial entra en vigor dentro de la iglesia, los pasos al altar parecen tortuosos como si la suela de los zapatos se hubiese evaporado y fuera la carne viva de la planta de los pies quien tuviera contacto con incandescentes llamaradas que en su naturaleza lograrían derretirle la piel, esto en combinación con delgados fragmentos casi imperceptibles de cristal hecho añicos que perfora cualquier objeto con sutileza y gran dolor.
"¿Afganistan o Irak?"
Golpetean esas dos palabras en interrogativo en el eco de la mente brillante, las imágenes que se exponen vividamente en su cerebro son recuerdos de aquel primer encuentro; un ligero vistazo al soldado retirado, el bastón síntoma de un padecer psicosomatico por la guerra, una milesima de segundo le llevó el conocer a grandes rasgos a ese sujeto.
"¿Afganistan o Irak?"
Hasta ahora tiene sentido ese cuestionamiento.
"¿Afganistan o Irak?"
Porque ese sujeto fácil de leer, un libro expuesto, la pista más sencilla de cualquier caso un día se volvió un enigma, uno que podría ser resuelto, pero...
"¿Afganistan o Irak?"
Repite la mente de Sherlock cuando la ceremonia nupcial inicia.
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¿Por qué no impides la boda, Sherlock?
RomanceEl círculo cercano de Sherlock hace una pregunta, cada quien a su tiempo, en visperas de la boda de su mejor amigo, John Watson. Ningún personaje aqui me pertenece, créditos a quien corresponda, yo sólo estoy en cuarentena y con acceso a internet.
