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El castillo fue restaurado justo a tiempo para Noche Buena, lo cual tenía a todo el mundo emocionado

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El castillo fue restaurado justo a tiempo para Noche Buena, lo cual tenía a todo el mundo emocionado. Se podía sentir la emoción en el aire y era extraño porque la familia Belfante no era fanática de las fiestas decembrinas, pero la llegada de Alex aportó un toque extra de magia. Todos los empleados estaban ansiosos por conocer al príncipe, así que daban lo mejor de ellos para impresionarlo.

Grace y X eran los que estaban más emocionados. Ese año era la primera vez que X planearía la cena de principio a fin y sería el jefe de la cocina durante las fiestas. En Spello era tradición comer pasta en distintas presentaciones y tiramisú como postre; el cual nunca cambiaba. Como Alex nunca había cenado con nosotros, me pidieron que averiguara qué era lo que más le gusta y si tenía alguna restricción alimenticia. Para la tranquilidad de nuestros cocineros, pudieron cocinar todo según lo planeado.

Scott se encargó de contratar a una empresa para colocar luces en los pasillos de la planta baja del castillo. No era una festividad que nos volviera locos, así que con el árbol y las luces era suficiente para nosotros. Mi casa estaba llena de luces y velas, pero no quería tener un árbol.

Alex fue el primero en llegar y los empleados estuvieron listos en el recibidor para presentarse. Quedaron encantados con Alex y él con ellos. Luego de las presentaciones, cada uno se fue a su puesto de trabajo y nosotros a la sala del trono.

—¿Sabes algo de Laura? —le pregunté una vez la sala estuvo hechizada.

 —No. Le enviamos mensajes, pero no responde.

—Estoy segura de que hoy dará noticias.

—¿Por qué lo dices?

Me encogí de hombros.

—Intuición de bruja.

Él asintió, como si quisiera creer en mi teoría. Iba a preguntarle qué tal cosas con su guardián, pero escuché a Luisa y su madre entrar al recibidor, así que salimos de nuestro escondite para saludarlas.

 Iba a preguntarle qué tal cosas con su guardián, pero escuché a Luisa y su madre entrar al recibidor, así que salimos de nuestro escondite para saludarlas

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A las ocho de la noche tuvimos a todos los invitados ubicados en la sala de cine. Teníamos la tradición de ver películas y en esa ocasión tocó ver las de "Mi pobre Angelito". Compramos muchas palomitas de maíz en el cine local, tanto dulces como saladas. Samuel, X y yo siempre nos adueñamos de los salados. X y yo bebíamos mojitos, pero Samuel prefería beber una Monster clásica. Valeria devoraba todo lo que fuera dulce, así que había que controlar la cantidad que comía y bebía en fiestas como esas. Ella no era boba, sabía jugar sus cartas y nosotros también. En esas fiestas, no se ponía de mal humor cuando no la dejábamos comer más dulces, porque le prometíamos el postre.

El reinado del DragónWhere stories live. Discover now