Esta no es la historia de una damisela en apuros. Esta es una historia de una princesa que se enfrentó a muchas personas con tal de obtener lo que deseaba y lo que era suyo por nacimiento.
Esta es la historia de una hermana, a la cual le arrebataro...
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Ese juramento era el más importante de mi vida. Forjaría una poderosa alianza y también aseguraría mi vida. Debía tener cuidado con las palabras que usaría, tenían el poder de salvar o condenar a mi familia.
—Estamos listos.
Fue Laura quien rompió el silencio. Mis tres acompañantes no quitaban los ojos de mí. Sospeché que ya esperaban mi petición y habían preparado su parte del juramento antes de nuestro encuentro. Debía ser rápida o los lobos me comerían.
—¿Cuál es su parte del juramento?
—No nos lastimarás y mucho menos nos matarás —respondió la bruja.
—Ustedes no dañarán a mi familia o amigos en ninguna forma. No habrá secretos que perjudiquen al otro —impuse.
—Me ayudarás a recuperar mi lugar en la familia —pidió dulcemente mi mellizo.
—No más espionaje hacia mí y tampoco controlarás mi cuerpo sin mi consentimiento —pedí mirando a la domadora.
—Trato hecho —respondió Laura.
—¿Saben cómo hacer el juramento? —pregunté.
—Sí —respondieron todos a la vez.
—Vayamos a un lugar más privado —pedí.
Pagaron la cuenta y luego fuimos a una zona arbolada para protegernos de las miradas. Nos tomamos de las manos y cuando sentí que nuestras energías comenzaron a fluir, les pedí que dijeran sus partes.
—Yo, Laura Andersson, juro ante la reina Isabelle Belfante que no intentaré dañar a su familia, amigos o a ella de ninguna forma. La ayudaré en todo lo que pueda y no le mentiré ni ocultaré secretos. Tampoco la espiaré o engañaré. Nada de lo conversado el día de hoy y hasta el fin de nuestro acuerdo será expuesto ante terceros sin el conocimiento previo de las demás partes. Si rompo mi juramento, mi cuerpo y mi alma se destrozarán. Hecho está.
Laura miró a su hija para que ella fuera la siguiente en jurar. Ella repitió el juramento de su madre, agregando la parte de no controlarme. Después, llegó el turno de Alex y pronunció lo mismo que Laura.
—Yo, Isabelle Belfante, juro ante los presentes que no intentaré lastimar o matar a cualquiera de ellos. Le daré su lugar a Alexander Belfante en la familia real. Nada de lo conversado el día de hoy y hasta el fin de nuestro acuerdo será expuesto ante terceros sin el conocimiento previo de las demás partes. Si rompo mi juramento, mi cuerpo y mi alma se destrozarán. Hecho está.
—Hecho está —repitieron mis acompañantes al mismo tiempo.
La energía había dejado de fluir, dando por terminado el hechizo.
—¿Cuál es tu plan? —pregunté.
—Sabrina seguirá infiltrada en el castillo escuchando lo que Jessica y Alfonso planean. Mientras tanto, te entrenará para que domines tu lado animal a la perfección y también volverte inmune a los poderes de Alfonso.
