XXXVII. Frente a ella me arrodille

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Pov Billie

Cuando tenía 17 compré una casa secreta. Solo mi familia y unos cuantos amigos sabían de ella. La casa era enorme para mí y estar ahí me hacía sentir completamente sola. Desde que tengo las llaves, no he podido hacer una fiesta o reunión decente como para mostrarle a mi familia y amigos mi nuevo espacio propio y solo pude dormir en esa casa como por dos noches, después regresé a la casa de mis padres. Nunca vendí la casa, ni pensaba hacerlo, pensaba conocer a alguien con quien compartirla. Conocí a alguien, conocí a Vanessa. Es por eso que surgió mi pregunta hacia ella de si le gustaría vivir conmigo. Aun cuando ahora ella tiene otros planes, cuando ella sea mi esposa, podré finalmente vivir ahí a su lado.

Solo una cosa me aterra, y es que a ella no le guste la casa, o no le guste la manera en que oculte la casa.

Pero ese no era el primer tema, el primer tema es si le gusta la idea de comprometernos y en un futuro cercano casarnos.

Unas horas después de que Destiny se fuera, Vanessa lloró un poco y de repente paró. Se acostó en el sofá y se quedó en su teléfono viendo TikToks. Me puse a limpiar un poco, mientras pensaba en como empezar la conversación que tenemos pendiente. Cuando finalmente me sentí lista, me acerqué a ella.

Billie - ¿Estás bien, amor? - Me pare frente al sofá.

Vanessa - Si. - Ella volteó su teléfono y puso su mirada en mi.

Billie - ¿Segura?

Vanessa - Billie, abrazame. - Ella se recorrio un poco dejándome espacio en el sofá y abriendo sus brazos. - Estoy bien, esta vez es verdad. Siento alivio, de hecho.

Billie - ¿Por qué sientes alivio? - Dije mientras acomodaba mi cabeza en el pecho de Vanessa.

Vanessa - Un familiar menos de parte de mi papá con quien tengo que lidiar. Te vi dándole dinero. ¿Cuánto fue? Quiero devolvértelo.

Billie - No quiero que me lo devuelvas.

Vanessa - Odio cuando haces eso. Nunca me dejas pagar nada, ni darte dinero si es que te debo o algo. Me haces sentir como una aprovechada.

Billie - No eres ninguna aprovechada, eres mi novia, y a mi me gusta consentir a mi novia. - Dije con una sonrisa satisfecha en mi cara.

Vanessa - Billie, estoy hablando en serio. No me gusta sentirme así.

Billie - Okay, esta bien. Te dejaré pagar algunas cosas en el futuro. - Levante mi cabeza y besé los labios de Vanessa. Luego, me quedé viendo a sus ojos. De pronto, hable. - Necesito hablar contigo. - Entonces levanté mi cuerpo, sentándome en el sofá, Vanessa copió mi movimiento.

Vanessa - ¿Qué pasa?

Billie - ¿Recuerdas el día que me diste una sorpresa? ¿En México?

Vanessa - Si, ¿Por qué?

Billie - Recuerdo esa noche.

Vanessa - Oh.

Billie - Si. Recuerdo toda la conversación, Vane. Y quería volver a hablar de eso contigo.

Vanessa - Yo también quería hablarlo contigo, pero pensé que no lo recordabas por que habías tomado. Y no encontré el momento para retomar la conversación.

Billie - Lo sé, nunca debí hablar de eso estando... borracha. Lo siento. Pero, no lo estoy ahora, ¿Crees que podemos hablar?

Note su completa atención hacia mi, y su cabeza se movió una vez de arriba hacia abajo, indicando que si.

Billie - Te amo, Vanessa. Y tu me amas a mi. Quiero estar contigo siempre y tener un espacio para nosotras... - Tome sus dos manos. - Y un espacio para nuestros futuros hijos. Se lo que te pregunté esa noche, no debí hacerlo pero lo hice, pero quiero que sepas que estoy dispuesta a casarme contigo, Vanessa. Es lo que más quiero. Quiero casarme contigo, y que seas mi esposa.

No había planeado que decir después de eso. ¿Será buena idea proponerle matrimonio ahora mismo? No sabia que hacer, ella no decía nada. A la mierda con esto.

Me paré del sofá, sus manos aun estaban en contacto con las mias.
Frente a ella me arrodille. Empecé a sentir mis mejillas húmedas.

Vanessa - Bill...

Billie - Vanessa, no tengo un anillo y no estoy vestida formalmente...

Vanessa - Billie, Dios... - Sus lágrimas cortaron lo que iba a decir. Ella seguía sentada con las piernas cruzadas en el sofá, sus manos calentaban las mías.

Billie - Casate conmigo, Vanessa. - Dije una vez. Sus lágrimas solo se intensificaron. - Vanessa, ¿Te casarías conmigo?.

Di que sí, di que sí, di que sí.

Ella soltó mis manos y las envolvió en mi cuello saltando hacia mi. Caímos al suelo, su rostro tan mojado y salado besaba el mio que estaba en las mismas condiciones.

Ella reía y lloraba. Aun en el piso y entre besos, Vanessa se animó a hablar.

Vanessa - ¡Si, si, si! Dios, si.

Dijo que sí. Se miraba tan emocionada y yo también lo estaba.

Billie - ¡Estamos comprometidas! - Grite de emocion.

Vanessa - ¡Vas a ser mi esposa! - Continuó gritando. - No tienes idea lo feliz que me pones, Bill. No tienes idea...







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