XXXIII. Entonces cásate conmigo

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El pasar de los días me parecía lento. Estaba emocionada por sorprender a Billie en México. Mi boleto de avión estaba asegurado, hable con el equipo de Billie y me ayudaron a planear la visita, también había hablado con Maggie y Patrick.

Pero por fin el día había llegado. Dejé a Shark en la guardería de mascotas donde a Billie le gusta dejarlo, me arreglé un poco y tomé un taxi hacia el aeropuerto.

Lamentablemente el vuelo se atrasó por 3 horas, lo que me hizo darme cuenta que llegaría a México como a eso de las 10 de la noche. Le había avisado desde antes a mi chica que este día sería bastante ocupado, con juntas y sesiones fotográficas, para que no se preocupara ni sospechara si no contestaba sus mensajes. Finalmente abordé el avión, tomé mis audífonos y espere a quedarme dormida para descansar y llegar con Billie con toda la energía posible.

Me desperté al escuchar la voz de un hombre decir "¿Señorita?" y sentir a ese mismo tocar mi hombro. "Perdon por despertarla, pero hemos llegado". Rápidamente entré en razón y me levanté del asiento. Agradecí al hombre, tome mis cosas y baje del avión. Inmediatamente avise a Maggie que ya me encontraba en la Ciudad de México, ella me dijo que esperara en el estacionamiento del aeropuerto y en menos de 10 minutos pasó por mi una camioneta negra. Me llevaron al hotel donde se hospedaba Billie, su familia y equipo. Maggie anteriormente me había dado el número de la habitación y la clave para entrar. Toque la puerta, esperando que abriera Billie y poder ver su cara. Pero no pasó nada. Volví a tocar y nada. Pensé que tal vez ya estaba dormida, considerando que eran las 10:38 pm, así que utilice la clave para entrar que me había dado Maggie. La razón por la que Billie no abría la puerta era porque Billie no estaba.

Sentí un poco de desilusión, pues no pensé que Billie no estaría en su habitación para cuando yo llegara. Llamé a Finneas y no contestó, Claudia tampoco. No quería llamar a Maggie por qué no quería preocuparla, pero tal vez ella sabía donde estaba Billie.

Maggie - ¿Todo bien, Vanessa? - Sonaba como si la hubiera despertado.

Vanessa - Perdon por molestarte Maggie, ¿Pero sabes de casualidad dónde está Bill...?

Maggie - ¡Oh Dios, lo había olvidado por completo! - El audio sonaba un poco entrecortado. - Olvide decirte. Un amigo de Finneas está festejando su fiesta de cumpleaños en esta ciudad y Billie fue invitada. Finneas, Claudia y Billie están ahí.

Vanessa - Ah, está bien. - Dije menos preocupada. - Entonces la esperaré - Dije soltando una pequeña risa nerviosa.

Maggie se disculpó por no haberme dicho antes, pero yo entendía que lo había olvidado y que no había problema.

Desempaqué mis cosas y me acomodé un poco, aproveché para tomar un baño ligero y al terminar me senté en un sofá largo y bastante cómodo, tomé el control remoto y prendí la televisión. No tenía conocimiento de la hora, pero facilmente habían pasado unas 3 horas desde que había llegado, hasta que escuche un sonido que parecía ser el de alguien ingresando la clave para entrar.

Ella paso a su habitacion vestida en unos pantalones negros, una camisa blanca y una corbata negra, su pelo negro y lacio

resaltaba más.

Vanessa - Hola... - Me paré y dije en voz baja, para no asustarla.

Billie - ¡Puta madre! - Claramente asustada, pero cuando se dio cuenta que era yo sus ojos se abrieron más. - ¿Vanessa? ¡Oh por dios, Vane! - Fue tan rápido, que sin darme cuenta Billie ya había corrido hacia mí, y me tenía en sus brazos.

La abracé de vuelta y busqué sus labios, los extrañaba. En cuanto sus labios tocaron los míos pude percibir el sabor a alcohol en su boca. No tenía nada de malo, ya que Billie tiene la edad suficiente para tomar, ya sea en México o en Estados Unidos, es solo que se me hacía raro porque ella misma me había platicado una vez que no le gustaba el sabor del alcohol.

Inside Your VeinsWhere stories live. Discover now