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Antes de irme a mis clases, imprimí los deberes de Freminet del día de hoy. Deberes que habían mandado a mi correo para que él los realizará y no se quedará atrás por lo que sucedió el día de hoy.

— Recuerda quedarte en silencio y cerca de mí, si quieres ir al baño o algo solamente me tocas el brazo ¿De acuerdo?

— Sí, papá. — Sonreí levemente y metí sus deberes en mi mochila para luego tomar su mano, ambos salimos del departamento y me lleve la enorme sorpresa al ver dos niños jugando en el pasillo.

— ¡Lynette mira! ¡Un niño como nosotros! — Freminet al recibir la atención de los otros dos niños, se soltó de mi agarre y se escondió detrás de mí. — ¿Por qué te escondes? No somos malos.

— Lyney, creo que cualquiera se asustaría si gritas de esa forma.

— ¿Sí? Lo siento mucho. — Ambos niños me miraron, ambos eran idénticos y lo único que cambiaba era el color de mechón en sus cabellos.

— Niños adent— Oh, que bueno que te veo de nuevo, te debo una disculpa por lo de antes. — Me giré viendo al alfa albino de antes, él parecía una persona agradable, no como su pareja. — Heizou se comportó de una forma demasiado inmadura y créeme que está arrepentido del trato que te dio, me pidió que te diera las disculpas en su lugar porque tuvo que irse al trabajo. — Los dos niños de antes corrieron hacia el chico, quien al parecer era su padre. — ¿Es tu hijo?

— Sí, aunque la pregunta es poco ridícula cuando es más que obvio. — Coloqué a Freminet detrás de mí al notar como el chico se había acercado a nosotros. — Puedes ahorrarte las disculpas, sinceramente no me interesa. La gente como tu pareja es alguien con quien prefiero evitar socializar más de lo debido, gracias por las disculpas, pero no gracias. — Tome a Freminet en mis brazos y caminé al ascensor, apreté el botón esperando que las puertas se abrieran y cuando lo hicieron, ingresé y apreté el botón número uno para llegar a la primera planta.

— Papá ¿Por qué ese chico es tan grosero? ¿Nos odia?

— No es eso, creo que simplemente comenzamos de una forma extraña y está molesto por eso, además de que papá Heizou dijo algunas cosas groseras.

Al llegar a la primera planta, baje a Freminet de mis brazos y caminamos con calma por las calles hasta mi Universidad.

— ¿Quién era ese chico y esos niños, papá?

— Son los vecinos que llegaron hace poco, no te quiero cerca de ellos.

— ¿Por qué? ¿Al menos puedo hacerme amigo de los niños? — Baje mi mirada viéndolo a los ojos y suspiré, los niños no tenían la culpa de lo que había sucedido con sus padres.

— Está bien, puedes jugar con ellos. Pero ¿Seguro que puedes? Te mostraste tímido ante ellos.

— Dan un poco de miedo, el niño de mechón rojo es muy energético y la niña de mechón verde es muy callada ¡Así como un fantasma! — Solté una risa por lo bajo y negué suavemente con mi cabeza, supongo que no tenía nada de malo si Freminet jugaba con esos dos niños, se veían agradables.

Cuando llegamos a mi universidad, nos dirigimos a mi salón y caminé al fondo donde siempre acostumbraba a sentarme. De mi mochila saqué la manta favorita de Freminet y un almohadón pequeño, poniendo este en el suelo al rincón a un lado mío para que no molestará a mis compañeros.

— Te ayudaré con tus deberes antes de que empiece la clase. — Lo senté en mi regazo y saqué las hojas donde estaban sus deberes, saque un lápiz y se lo entregue para luego explicarle cómo realizar los ejercicios que le asignaron, Freminet entendió rápidamente y tan pronto como termine de explicarle comenzó a escribir en la hoja.

Frᥱᥱ ᥣovᥱ [Heikazuscara]Kde žijí příběhy. Začni objevovat