4

459 80 129
                                    

— Entonces ¿Me estás diciendo que el estúpido de albedo fue a tu casa y Freminet escucho todo? Pobre de Freminet, yo también me traumaria si llegara un señor de la nada diciendo que es mi papá, pero como no tengo no opino.

Rodé mis ojos ante sus palabras mientras seguía avanzando en el proyecto, que consistía en una maqueta. Aunque Kaveh estaba haciendo casi todo, yo solamente lo ayudaba a pegar y entregarle las cosas.

— Le dije a Albedo que no volviera, Freminet no quiere verlo ni nada de eso. Incluso dijo que no volviera con él.

— Si vuelves con él me encargaré de asustarlo hasta que se vaya ¡Incluso soy capaz de decir que estamos juntos con tal de que se aleje!

— A veces me asustas. — Continuamos hablando de cosas triviales mientras seguíamos avanzando en la maqueta y logrando avanzarla un poco. Estuve hablando con Kaveh durante todo el día hasta que toque el tema sobre aquellos vecinos alfas que tenía.

— Es algo extraño ¿Por qué te invitaría cuando pareciera que te odia?

— También me pareció curioso, dijo que era para empezar de nuevo y llevarnos bien.

— Quizás y les gustas. — Lo quedé viendo y mi ceño se frunció poco a poco, a veces decía cosas demasiado estúpidas.

— Estás loco, están casados ¿Cómo les voy a gustar? ¡Tienen hasta dos hijos!

— Bueno, uno nunca sabe. A veces la gente es tan extraña ¡Aunque mira el lado bueno! Son dos alfas con experiencia y además saben manejar relaciones amorosas.

Una mueca de desagrado se formó en mi rostro, a veces no podía hablar en serio con Kaveh porque nada de lo que salía de su boca era algo con seriedad.

Cuando las clases finalizaron me dirigí al trabajo y agradecí que al menos este me mantuvo ocupado durante mi turno para dejar de pensar en todo lo que pasaría dentro de un rato.

Después de unas cuantas horas finalmente llegué a casa, siendo recibido por los brazos de Freminet.

— Esta vez llegaste temprano, papá.

— Terminamos las cosas rápido ¿Te portaste bien? — Acaricié su cabello mientras sonreía, lo mejor de llegar a casa después de un día agotador era ser recibido por los brazos de Freminet mientras me contaba lo que había hecho.

— ¡Sí! Lyney y Lynette vinieron un rato a jugar conmigo ¡Y la abuela nos preparó panqueques! Aunque sabían un poco extraño…

— Eso es porque la abuela no sabe cocinar ¿Seguro que esos panqueques eran comestibles?

— Te escuché, Scaramouche.

Levanté mi mirada viendo a mi madre cruzada de brazos con una expresión seria, expresión que cambió poco después a una sonrisa y abrió sus brazos. Sonreí un poco para luego ir con ella y abrazarla.

— También me alegra de volver a verte, mamá.

— ¿Cómo te fue el día de hoy?

— Bien, creo que bastante bien. — Me separé del abrazo y dejé mi mochila sobre el sofá de la sala. — Freminet, busca ropa y déjala sobre tu cama, hoy debemos salir.

Él no hizo preguntas y solamente lo vi correr hasta su habitación para hacer lo que le había pedido.

— ¿Van a salir? ¿A dónde? — Miré a mi madre a los ojos ¿Era buena idea contarle?

— Los vecinos nuevos nos invitaron a cenar para conocernos mejor, digamos que empezamos un poco mal y esta cena es para arreglar eso y empezar de nuevo y bla-bla-bla.

Frᥱᥱ ᥣovᥱ [Heikazuscara]Where stories live. Discover now