Capítulo 14 Karma

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¿El primer amor en la vida tiene prioridad sobre el segundo? Es decir, por el hecho de haber llegado primero y tener derecho de antigüedad, ¿hace que sea lo correcto rechazar una segunda oportunidad de enamorarse? ¿Y si el segundo amor llegara a ser mejor, pero tú no lo sabes? ¿Y cómo saberlo si no sabes quién es ése segundo amor y haces todo lo posible por evitarlo? Sabes que puede llegar un día a tocar tu puerta y remover los cimientos que has hecho con el primero, tu único y querido amor, el dueño de tus primeras experiencias. Sabes que necesitarás hacer más firmes los lazos con el primero si no quieres perderlo para siempre... pero ¿y si el segundo es mejor? ¿Habrá la posibilidad de elegir sin arriesgar el primero? ¿Y se pierde a ambos por la duda?

Definitivamente hay que cuidar al primer amor tanto como sea posible, meditaba Ajax en ello mientras comía de los manjares que había preparado Capitano para alegría y regocijo de su estómago. Sentía que poco a poco recuperaba fuerzas y su ánimo mejoraba a cada bocado.

Luego de dejar una pila de trastos vacíos en el fregadero de la cocina y otros sobre la mesa, luego de una larga hora charlando agradablemente uno con el otro, Ajax pudo decir que se sentía satisfecho. Agradeció la comida, alabó cada cosa que había probado, dijo maravillas del sabor, los olores, la textura mientras sus orejitas se levantaban y su colita de zorro se meneaba con honesta felicidad. ¡Como había extrañado su hogar! Nunca lo había apreciado y amado tanto como hasta ese día, luego de una larga semana en la que estuvo fuera de casa para asistir a clases en otra nación.

Por otro lado, Capitano trataba de ser indiferente a la presencia de la mariposa que volaba por el comedor, ésta había chocado con él un par de veces y tuvo que hacer como si nada en frente de Ajax, pero solo se volteaba éste y la arrojaba lejos como si quisiera destruirla. Sin embargo, como siempre ocurría con Natasha, ésta volvía con su dueño al reconocerlo. De igual manera se le hacía que el tiempo iba demasiado lento, ya quería llevar a Ajax a su habitación y quitarle los trapos que llevaba encima, hacerlos jirones y arrojarlos al fuego.

Se imaginaba acariciando las lindas orejas y la cola de zorro. Sabía que su transformación no era completa todavía, que su amado pelirrojo pronto tendría otras colas, hasta completar las nueve, pero deseaba sobretodo ser aquél por el cual sucediera. Él quería ser el estímulo con el cual pudieran salir las otras colas. Por eso tomó a Ajax de la mano para invitarlo a sentarse sobre sus piernas.

El muchacho puso la espalda recta como tabla al sentir las enormes manos sobre su abdomen y muslos, la otra bajaba por detrás hasta atrapar y acariciar la pequeña cola.

—No creo que sea buena idea... acabo de comer y estoy lleno —Ajax sintió las caricias en su barriga, a manera de relajación, pero le daba miedo que fuera a devolver la comida si seguía apretándolo con fuerza.

—Si sale, puedes volver a comer —Capitano le dijo cerca del oído sin darle más importancia. Tiró un poco de la cola, lo que hizo a Ajax exclamar de sorpresa y dolor. Capitano ciertamente odiaba el hecho de que aquélla cola existiera fuera debido a ZhongLi, y nada podía hacer para cambiarlo—. Descuida, no te la quitaré, pero te gustará la sensación en cuanto te acostumbres al dolor.

Capitano sujetó en su otra mano el traje tradicional de Liyue, a la altura de la cadera. Ambos escucharon entonces la tela desgarrándose como si fuera de papel, separando la continuidad sus hermosos motivos en azul, apareciendo en su lugar piel enrojecida decorada con pecas. Ajax gimió mientras pensaba que aquello le iba a dejar moretones, aparte de que no sabía qué excusa inventar para decirle a ZhongLi que no podría devolverle su ropa. Era el segundo conjunto que arruinaba.

Las manos como garras continuaron destrozando la delicada tela hasta que no hubiera quedado retazo alguno sobre Ajax. En el proceso hubo rozaduras y rasguños marcados en la pálida piel. Capitano no era especialmente cuidadoso en ese aspecto, salvo en las pequeñas descargas eléctricas que desprendía el pelirrojo quien apretó sus párpados para no ver su propia desnudez, concentrado en no lastimar con su energía elemental a quien más quería.

2-BWithU Estar contigoWhere stories live. Discover now