Capítulo 11 Santuario II

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El santuario de la antigua deidad Hokkyokugitsune se ubicaba en una zona medio oculta de la región de Sumeru, una montaña rodeada de vegetación exótica. Para los caminantes a pie, no se podía ver el edificio en lontananza debido a la cantidad de tupidos árboles. El camino y las rocas con sus pequeñas y siniestras luces de velas era todo lo que podía guiar a los visitantes. En ocasiones cuando llovía, debía prohibirse el paso al igual que en días de niebla, pues era fácil caer despeñado desde las escaleras en las paredes de roca. Los olores y vapores del lugar provenían de plantas en estado de descomposición, y de los inciensos utilizados para disminuir los efectos del ambiente además de combatir las plagas de insectos.

En el lado contrario del santuario, Ajax era llevado a una habitación especial. Las sacerdotisas le explicaban que fue en su tiempo, la recámara principal de la Kitsune, donde era visitada por su amado. Ajax fue despojado de su uniforme y lo vistieron con ropas que decían imitaban el estilo de las que usaría la antigua deidad. Lo perfumaron, maquillaron, lo llenaron de joyas por todas partes, le pintaron las uñas y otros cuidados. Cuando estuvo listo decidieron que sería bueno llevarlo ante Yae Miko para que diera su visto bueno.

—Excelencia, permítanos tratarlo como se merece. —Le decían a Ajax—. Denos la gracia de hacer un recuerdo en su honor. Nos gustaría poder tomarle una foto o dos, pero antes quisiéremos llevarlo para que conociera a la sacerdotisa en jefe.

—Disculpen, el camino hasta llegar aquí ha sido muy largo y muero de hambre. ¿Habrá forma de postergar este entretenimiento para más tarde?

—¡Claro Excelencia! ¡Chicas traigan los manjares de inmediato, comerá en el santuario! —Las chicas se apresuraron a dirigir a Ajax hacia allá—. ¿Algo más que le haga falta?

—¿Cuándo podré reunirme con mis compañeros? —Ajax se sentía un poco desorientado al estar lejos de su jefe de grupo y compañeros.

—Descuide, es posible que ellos estén por llegar. Normalmente el camino del dragón es más largo y pesado que el que nosotros usamos para entrar al santuario.

Cuando llegaron a las puertas de la Luna que representaba el Kitsune, el viento y la tierra se agitaron con violencia, obligándoles a buscar refugio. Una vez dentro se vieron obligadas las sacerdotisas a poner rostro en tierra, debido a la fuerza que sacudía la tierra. Sin embargo Ajax no sintió el peso de la gravedad tanto como ellas. De alguna manera su cuerpo tenía la fuerza suficiente para avanzar.

—Su Excelencia, Morax, gracias por bendecirnos con su presencia —Escuchó que Yae Miko decía al otro lado del altar. Ajax avanzó a la escultura, era como si una fuerza dentro de él lo arrastrara allí.

ZhongLi abrió los párpados con sus ojos en blanco al oír ese saludo. Por encima de él estaba la escultura de su amado Kitsune, alguien a quien había deseado ver desde hace mucho tiempo. De ésta salió el espíritu de Hokkyokugitsune, el zorro de nueve colas, o mejor dicho ocho, y descendió sobre Ajax con el fin de tomar su cuerpo prestado un momento. Mientras que Morax tomaba consciencia en el cuerpo de su descendiente ZhongLi para así poder saludar a su amado.

Después de tantos años de cantar la canción de la historia de su amor y sus desventuras, podían finalmente reunirse. El kitsune se sentó a su lado y sostuvo en su regazo la cabeza de ZhongLi, lo procuró de besos y bañó su rostro con sus lágrimas para finalmente abrazarlo. Morax, se incorporó un poco para corresponderle al tiempo que rodeó la delgada cintura con uno de sus brazos y con la mano libre alcanzó entre las delgadas telas, el punto en que iniciaba la colita de zorro de Ajax. Y sujetándola la acarició desde el principio hasta la punta. Era una pena que no pudiera tocar las nueve colas a la vez, pero igualmente el Kitsune reaccionó con un notorio temblor a la caricia. Un gruñido de satisfacción por parte de Morax reverberó desde su estómago y luego le siguió el sonido de una cachetada en su mejilla.

2-BWithU Estar contigoWhere stories live. Discover now