23. Venganza.

2.9K 189 53
                                    

Adeline Harlow.


Una semana después...

Luego de unos días de recuperación, Kael me dijo dónde se encontraba Max, así que le dije que me trajera y aquí estoy, bajando las escaleras hacia un sótano en el que se escuchan gritos de todo tipo, menos de placer.

—Adeline, ¿De verdad quieres hacer esto? — Pregunta él a mi lado, yo le miro y asiento.

—No te preocupes, estaré bien, ya no tengo principios de desnutrición, ¿Recuerdas?

—Lo sé, pero no hablo sobre tu salud física.

— Pasé peores cosas que ver cómo torturan a uno de mis tantos abusadores, no te preocupes, estaré bien. — Digo y le doy un pequeño beso en la mejilla y él me da una pequeña sonrisa.

Pasamos el largo pasillo con múltiples puertas y llegamos a la está al final, está entreabierta así que la termino de abrir y allí está Maximiliano, colgado del techo totalmente desnudo y Rocco controlando un consolador que tiene en el trasero, miro a Kael y él alza las manos en rendición.

— Él se encarga de ello, a mí no me mires.

— Rocco. — Le llamo, él apaga todo y Max gime, mira hacia mi dirección y sonríe.

— Quien lo diría, que bella te ves con jean de cuero y tacones, toda digna de un mafioso.

— Dame esa mierda. — Extiendo la mano hacia Rocco y él confundido me da el control, veo varios botones y uno que controla la velocidad, aprieto lo más rápido posible y en toda la habitación retumba sus gemidos. — Largo, debo pasar un rato con él, además de que le encantará. — Digo entrando a la habitación y poniéndome frente a él.

— Adeline.

— ¡Largo! —Grito y todos salen incluyendo a Kael.

— Vaya, si que los dominas bien. — Dice Max.

—Igual que a ti.

—A mí nadie me domina.

— Dilo cuando estés suplicando de rodillas que no te mate.

— Eso no va a pasar.

—Nunca digas nunca, porque no eres dueño del destino y no sabes lo mal que lo puedes pasar. — Le muestro el control y pregunto. - ¿Que sabes del irlandés?

— Nada que te importe, ya lo mataste, ¿Que más quieres?

—Matar a su familia. Ahora habla.

— ¿Y si no?

- Algo muy simple.

— ¿Cómo qué?

— Torturar tu placer. — Digo y le doy click al pequeño botón que prende el consolador, haciendo que este empiece a vibrar dentro de él, cuando está a punto de eyacular, lo apago.

—Inepta.

— Violador.

—No me busques Adeline Harlow, tengo muchas cosas sobre ti que no le he dicho a Kael, así que anda, haz lo que quieras, pero cuando me dejes a solas con Kael, voy a soltar todo.

Con amor, el diablo.Where stories live. Discover now