47. ¡LO LOGRÓ!

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SUSY

Sentí que se me iba a salir el corazón al escuchar esa pausa del doctor.

—Jia por la hemorragia que presentó casi la perdemos, pero sigue con nosotros. La cesárea salió muy bien, ahora está siendo llevada a una habitación. La enfermera les dirá en unos minutos a donde está. Los bebés pueden verlos están al final del pasillo a la izquierda. Posiblemente en este momento estén siendo revisados por el pediatra —comenta el doctor y siento un enorme alivio fue tanto que hasta las piernas me temblaron levemente. Aitor se acercó a mí y me abrazó.

—Lo hizo, ella es una mujer súper fuerte no podía dejarnos. Ella tenía miedo de que pasara lo peor cuando llegara este momento y lo logró. Dios mío, gracias —dice por sobre mi cabeza.

—Ella pidió que te llamaran antes de desvanecerse. No te desanimes con ella, menos ahora que sus hijos los necesitan juntos —digo y él se separa de mí.

—No lo haré, aunque ella me aparte seguiré a su lado. Desde que conocí a tu madre es como si no existiera nadie más para mí. Solo ella y ahora con nuestros hijos no podrá tenerme lejos, aunque quiera.

Su convicción y declaración me animó. Aitor pueda que no haya sido el prospecto más indicado para mi madre, pero si es uno que, la quiere y respeta, uno que la quiere cuidar y dedicarse a ella sin importar las adversidades que enfrentan. Espero mi madre ya no lo aleje de su vida. Ella lo ama, pero su resistencia a sufrir la hace mejor resistirse a la posibilidad de volver a entregarse al amor. Caminamos para ver a los bebés y la cortina estaba cerrada.

—Deben estar revisándolos —comenta Sol la hermana de Aitor. Los abuelos de Alan y Aitor no estaban en el país estaban en Rusia buscando a Esmeralda y a su pequeña hija. Esperamos que vuelvan con ellas muy pronto. Segundos después una enfermera sale de la habitación donde están los bebés.

—¿Quién de ustedes es el padre de los bebés? — pregunta ella y Aitor es el primero en ponerse frente a ella. La enfermera lo mira con sorpresa, pero disimula un poco al aclarar su garganta.

—Soy yo, ¿Cómo están mis hijos? —pregunta con preocupación.

—El varoncito está muy bien puede respirar por su cuenta por lo que está evolucionando bien. La pequeña si necesita un poco de ayuda hasta que lo haga por su cuenta. El doctor aún está con ellos, solo venía a avisarles. Cuando ya despeguen la cortina estarán listos para que los miren. Estarán bien —comenta la enfermera Aitor asiente y me mira con una gran sonrisa. Volvemos a la sala de espera, pero otra enfermera que reconozco muy bien, Phoebe. Espera por nosotros para llevarnos hasta la habitación donde está mi madre.

—Ella ya despertó, no les recomiendo que entren todos al mismo tiempo porque la agotarán y ahorita ella por su operación lo menos que debe hacer es hablar —nos recomienda y todos asentimos.

—Creo que tú debes ser el primero en entrar a verla —propuse y el asintió. No lo dudo ni un minuto y así lo hizo. Me di la vuelta y pude observar a mi cuñada Sol literalmente viendo de reojo a Rhett. Aproveché este momento para acercarme hasta ellos.

—Rhett aprovecho esta oportunidad para presentarte a mi cuñada. Sol, ella es una editora trabaja en una editorial muy importante en la ciudad —digo y él se sorprende.

—Mucho gusto mi nombre es Rhett Nakamura y soy, bueno, era el profesor de literatura de Susy —dice el también completamente enfocado en Sol. Por un momento me alejé pues sentía que sobraba, especialmente cuando Sol tomó la mano que le ofreció Rhett.

—Yo soy Solange Galeano, pero todos me dicen Sol. Mucho gusto profesor. Si es amante de la literatura sabrá esta cita. "La próxima vez que te vea te cubriré con amor, con caricias, con éxtasis... —comenzó ella.

Jugaste y sufríDonde viven las historias. Descúbrelo ahora