35. ELLA Y EL TERAPEUTA SON PAREJA

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ALAN

Estoy en el aeropuerto viendo como mi muñeca junto con su familia y mi hijo, suben a un avión del cual no conozco su rumbo. Me quedé viendo el avión despegar hasta que sentí una tibia y pequeña mano en mi espalda.

—Es por su bien cariño. Ambos necesitan sanar las heridas en su corazón, si se quedaban juntos justo ahora jamás lo harían. Deben madurar, saber qué es lo que quieren y lo más importante, deben perdonarse. Khoa aún está pequeño y todavía no se da cuenta de lo que pasa. Eso cambiará cuando tenga 4 o 5 años y haga preguntas al respecto. Si ustedes luchan por el amor que se tienen eso será magnífico, pero si deciden pasar página. Es algo que ambos deben respetar y desearle la felicidad al otro, con respeto y amor porque tienen un hijo en común —comenta mi abuela y aunque me cueste aceptarlo es la verdad. Lo único que espero y deseo es que este tiempo el terapeuta no gane el corazón de mi muñeca porque ahí si la habré perdido para siempre. Salimos del aeropuerto rumbo a Zaragoza ya no teníamos nada que hacer en Bella Vista.

Me enteré ayer de que el hombre que inició toda esta pesadilla había muerto. Había intentado tirar a mi padre desde no sé cuántos pisos de altura, pero terminaron por caer los dos. Mi padre salió a la mañana siguiente pues solo tenía su brazo y su pierna lastimados. Por suerte mi padre cayó sobre esa tarima o andamio de construcción. Yo tendría que haber pasado más días en el hospital, pero no lo quise. Me preocupaba muchísimo lo que Rebeca no aparecía. Mi abuela había enviado a personas para mantener vigilado a Brandon, quien había regresado a Londres. Por lo que me había dicho mi madre, en la declaración de Susy y mi padre, se dice que él retiró su ayuda al darse cuenta de sus malas intenciones. Por otro lado, yo, necesitaba despedirme de Susy y Khoa, fue duro ese momento, pero el beso que nos dimos fue como una recarga de energía para compensar la distancia y separación en los meses que se vienen por delante. 

El mismo día que Susy me visitó en el hospital se llevó a cabo la propuesta de matrimonio de Ángel y Clara. Por alguna extraña razón y por primera vez, no me sentí reemplazado o menos importante, ni siquiera me sentí molesto porque Ángel eligiera un día como ese para hacerlo. Posiblemente el que ahora sepa la verdad y del porqué de muchas cosas, cambiaba la perspectiva que tenía sobre todos, especialmente sobre Ángel. Mi madre iba y venía para estar pendiente de todos. Irónicamente es que solo cuando eres padre te das cuenta de muchas cosas que tus padres hacen por ti. Llegamos a Zaragoza y me encontré con la noticia que mis primos estaban en prisión. Me sorprendí tanto que por un momento sentí que me movían el suelo. No podía creer que le habían hecho algo así a Clara. Lo que no me explicaba era como Ángel y Clara tuvieron una hija, si Clara se fue tres semanas después de haber terminado su relación con Liam.

«No trates de comprender la vida ajena y concéntrate en la tuya»

—Es que por más que lo trato de entender no me explico cómo esta lindura es hija de Ángel y Clara —le comento a mi madre quien tiene a la pequeña Ariana sentada en sus piernas.

—Lo que puede llegar a crear el alcohol entre ustedes los jóvenes. Lo demás creo que tú ya lo sabes, no necesito explicarte, tú también tienes uno de estos —comenta como un chiste, pero por un momento, me lastimó el recuerdo de que ya tenía una semana desde que los vi y abracé físicamente por última vez. Solo nos habíamos hecho una llamada desde ese entonces.

—Hablé con mi amigo y si lo deseas puedes empezar mañana mismo tus terapias —me comenta mi madre acomodando el cabello de la pequeña frente a ella. Asentí, porque quería comenzar con eso lo más pronto posible. Las terapias comenzaron y debo de admitir las primeras sesiones fueron muy frustrantes. Era muy incómodo comentarle a un extraño lo que piensas, haces y en como esos pensamientos y acciones te hacen sentir. Logré ir soltando de a poco todo lo que me acongojaba, a los dos meses ya me iba sintiendo muy bien conmigo mismo. Como dijo mi abuela, sentía que me estaba perdonando por todo el daño que le infligí a Susy, por mi rechazo y las cosas que ella tuvo que hacer estando embarazada, sin mi ayuda, perdonarme de haber llevado el peligro a mi casa y entre muchos escenarios que tenían que verse ligados por mis acciones.

Jugaste y sufríWhere stories live. Discover now