XXV. Última oportunidad.

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Sasuke observó, confundido, en la dirección a la que Sakura había ido. A juzgar por la reacción de Kakashi, parecía que se estaba metiendo en problemas una vez más. Aunque una parte de él se enojó por el peligro al que ambos se estaban exponiendo debido a sus decisiones imprudentes, otra parte, que empezaba a tomar más protagonismo, estaba genuinamente preocupada de que Sakura resultara gravemente herida. Además, aún no le había dado los dulces que había conseguido para ella.

—Iré por ella, Sasuke —comentó Kakashi—. Prometo entrenar contigo más tarde.

—No —interrrumpió Sasuke antes de que pudiera marcharse—. Yo iré.

Kakashi lo miró sorprendido durante unos segundos antes de maldecir por lo bajo. Si Sasuke se encontraba con Itachi, entonces el destino del que Sakura le había hablado se repetiría una y otra vez, sin posibilidad de detenerlo. Ese era el punto de inflexión. A diferencia de Sakura, no podía darse el lujo de elegir a quién proteger y a quién no, ya que todos eran igual de importantes para él, incluyendo a Sasuke.

—Lo siento, Sasuke.

Y lo dejó inconsciente.

Una vez se aseguró de que Kurenai lo llevara a su alcoba y le pidiera que lo cuidara hasta que se despertara, además de evitar que fuera a donde él estaba, tal como había recordado que Sakura le había dicho cuando se enteró de que Itachi estaba en la aldea, fue en busca de Sakura, quien en ese momento ya se encontraba con Itachi Uchiha.

— ¿Cuánto tiempo planeas mantenerte oculta? — inquirió Itachi sin girarse. Kisame exploró los alrededores con una sonrisa burlona. ¿Dónde se escondía esa escoria, que incluso para un ninja de rango S, se ocultaba con destreza?

Sakura arqueó una ceja, manteniendo intacta su compostura. Lo último que deseaba era caer presa de un genjutsu o perder la razón. Descendió del árbol en el momento en que Kisame, tras una breve búsqueda, lo partió en dos con su filosa espada. Realizó varios giros en el aire antes de aterrizar con gracia, justo frente a Itachi Uchiha.

Sin mirar a los ojos de Itachi, mantuvo constantemente su concentración en la técnica Kai, resistiendo el genjutsu.

— ¿Una antigua amiga? —se mofó Kisame.

— ¿Quién eres? —Itachi levantó apenas su sombrero de paja, revelando los ojos con el Sharingan activado.

—Itachi-san. —lo llamó, incorporándose, mientras los temblores en su cuerpo se hacían evidentes. Sentía el impulso de armar un alboroto, pero se contenía con firmeza, aunque no pudo evitar esbozar una sonrisa maliciosa. Kisame emitió un silbido al observarla, era casi cómico, parecía no tener idea de lo que se le venía encima.

—Ella seguramente tiene algo mal en la cabeza. —se burló Kisame.

—V-Vengo a proponerte un trato. —Sakura sintió el aliento caliente, y el suelo bajo sus pies comenzó a agrietarse suavemente, capturando la atención de los otros dos. ¿Qué podía hacer? ¡Estaba ansiosa por enfrentarlos a ambos! —Y luego me iré.

Kisame soltó una carcajada. — ¡Tienes mucha confianza, niña!

— ¡Puedo curarte! —aseguró, mostrando inmediatamente las manos bañadas en chakra verde. — ¡Tu enfermedad, puedo curarla!

— ¿Qué?

— ¡Lo descubrí después de tu supuesta muerte! ¡No era una enfermedad incurable! —exclamó con una emoción indescifrable. — ¡Puede llevar tiempo, pero puedo hacerlo sin duda alguna!

— ¿Estás enfermo? —Kisame alzó una ceja hacia ella, sorprendido.

— Y además... —Sakura pasó saliva, humedeciendo sus labios, mientras sentía que el genjutsu intentaba apoderarse de ella— ¡Podrás estar con Sasuke!

No me enamoraré en está vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora