XIV

627 108 1
                                    

—Lo que oíste, quería llamar tu atención, quería que hablemos.

—¿Hablar? No hay nada que hablar.

—Por supuesto, ¿Acaso vas a ignorar el hecho de que nos hemos besado?

—Yo…no lo sé.

—¿Qué es lo que no sabes? ¿Lo que sientes por mí?

—Esto es nuevo para mí.

—Por lo que sé, no te costó aceptar que te gustaba Kagome.

—Esto es diferente.

—¿Diferente? ¿Porque soy un zorro? ¿Eso te molesta?

—No digas idioteces, no es por eso. Simplemente, todo va rápido, déjame procesar lo que ocurrió y decirte lo que siento más adelante.

—Bien…pero…por favor, no juegues conmigo.

Suspiró resignado. No obtendría una respuesta ese día.

—Mantente lejos de Ginta.

Susurró.

—¿Qué?

Preguntó con incredulidad.

—Que te mantengas lejos de Ginta.

Gruñó más fuerte.

—¿Acaso estás celoso?

Preguntó, con un evidente mejor humor.

—¡Claro que no! Solo…no estés tan cerca de él, es pegajoso contigo.

—Esos son exactamente celos.

Dijo con alegría, su cola se movía con felicidad.

—Tks.

Soltó, no seguiría discutiendo.

—¿Podemos continuar pasando tiempo juntos? No quiero que el beso afecte nuestra relación de amistad.

Dolía, pero no quería perder su relación con aquel lobo solo porque había desarrollado sentimientos por él.

—Mmn.

Asintió Koga.

Los lobos finalmente fueron a dormir. Min Hao y Koga estaban sentados uno al lado del otro. El mayor olfateaba el dulce aroma del contrario, con discreción.

—¿Tienes una época de celo?

Preguntó el zorro, con curiosidad.

—Si, todos lo tenemos, aunque es cada varios meses.

—Alguna vez…¿Has pasado tu celo acompañado?

—No, sinceramente nunca se me apeteció.

—Ya veo, dicen que solo se quiere pasar el celo con la pareja que queremos para el resto de nuestras vidas.

—Oh, no sabía eso.

—No aplica para todos, pero algunos deseamos guardarnos para aquella persona que amamos con profundidad.

Dijo mirándolo a los ojos. Koga se sintió repentinamente nervioso, aquel mensaje era algo fuerte. ¿Min Hao querría pasar su celo con él? Ante el impuro pensamiento sus mejillas se tiñeron de un fuerte carmesí.

—¿Sucedió algo? Tu rostro está rojo.

Preguntó el mayor.

—E-estoy bien. Deberíamos ir a dormir.

Respondió.

—Bien. Buenas noches.

Dijo, recostandose en el pasto. Koga no quiso alejarse, por lo cual, se recostó al lado del más alto.

—Buenas noches.

Al día siguiente, despertaron con calidez. Min Hao abrió sus ojos lentamente, había un dulce aroma rodeándolo. Era Koga, ambos estaban abrazados, con sus colas enredadas y sus aromas mezclados.
Koga despertó, sintiéndose a gusto, pero cuando abrió sus ojos, rápidamente se alejó del zorro.

—Y-yo, lo siento.

Se disculpó ante su brusca manera de reaccionar y empujar al contrario.

—Está bien, aunque nunca comprendo cómo es que siempre terminamos así.

Rió suavemente.

—Deberíamos ir con el resto.

Cambió drásticamente de tema el menor.

—Bien.

Respondió.

—¡Min Hao!

Apareció Hakkaku frente al kitsune, a quien arrastró lejos junto a Ginta.

—¿Koga le dijo algo?

Preguntaron en voz baja ambos lobos.

—Sinceramente no. Dijo que aún no sabía que sentía por mí, pero estoy seguro de que estuvo celoso. Incluso me pidió que me alejara de Ginta.

Respondió, moviendo su cola con alegría al recordar los celos del de ojos celestes.

—¡El plan funcionó!

Exclamó Ginta con alegría.

—¡Min Hao!

Le gritó el líder de los okami.

Entre Hilos del Destino | KogaWhere stories live. Discover now