VIII

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—Koga, ten cuidado, podrías caerte.

Dijo el zorro al ver cómo el menor caminaba sobre las ramas de los árboles. Quizás darle licor no fue la mejor idea.

—¡No me digas que hacer!

Gruñó y continuó caminando de árbol en árbol. Finalmente cayó, pero fue atrapado por el zorro, quien corrió rápidamente al verlo caer. Mientras lo sostenía de forma nupcial, Min Hao no controló más su transformación y de él surgieron otras dos colas que se tornaron rojizas junto con su cabello y sus ojos brillaron con intensidad. Era cierto el rumor que decía que los zorros al emborracharse no podían controlar bien su forma "humana" y se transformaban delatando su especie.

—Wow, te ves tan extraño.

Jugó con el cabello del mayor, quien solo rió ante la reacción del lobo.

—¿Extraño bien o extraño mal?

Preguntó juguetonamente.

—Extraño bien, tu cabello se ve bonito.

—Me siento halagado, es curioso que el líder de los okami me diga tales palabras.

Dijo con una sonrisa. Sus miradas se encontraron y la luz de la luna los dejaba ver bastante.

—Es agradable estar contigo, Koga…

Dijo suavemente el más alto. Sus rostros estaban algo cerca, sus miradas aún conectadas, pero dos personas cayeron de entre los arbustos. Min Hao los observó con una ceja alzada, eran Hakkaku y Ginta.

—¿Acaso estaban espiando?

Preguntó el zorro, ambos muchachos corrieron con pánico sin responder. Entonces, Min Hao observó al lobo sobre sus brazos, estaba dormido. Sonrió y lo llevó hasta donde estaba la manada, recostandolo cómodamente para que descanse.
El día siguiente llegó y Koga despertó sintiendo una punzada en su cabeza. En su mente se repitió lo ocurrido la noche anterior, su rostro se sonrojo, le había dicho lindo al zorro y había estado muy cerca de su rostro. Deseaba que la tierra lo tragara, pero prefirió continuar con la rutina.
Todos se levantaron y comenzaron a recorrer el bosque, en busca de algún demonio que matar. Koga se adelantó y corrió delante de todos, incluido el pelinegro. Pero Min Hao lo siguió.

—Koga, ¿Por qué no me esperaste?

—Quería estirar mis piernas, además no pediste que te esperara.

—Ya veo…¿Me estabas evitando?

—¿Evitando? Claro que no.

Se mentía a sí mismo al decir aquello, pero no quería herir al zorro.

—¿Te incomode ayer?

—N-no es eso…solo que…fue nuevo para mí probar licor.

—¿Qué te pareció?

—Fue divertido.

Sonrió.

—Me alegra que te haya gustado. Podemos repetirlo cuando desees, aunque Hakkaku y Ginta luego nos interrumpieron.

Interrumpieron. Esa palabra era interesante para Koga, ¿Qué habría pasado si ambos muchachos no los hubieran interrumpido?

—Mmn. Podemos repetirlo algún día.

Respondió aún pensativo. Hao sonrió y continuó caminando, aunque repentinamente chocó contra un cuerpo andante. Era un hermoso hombre de cabellos blancos y un lunar con forma de luna en la frente.

—Sesshomaru.

Pronunció el zorro.

Koga los observó, ¿Acaso se conocían? ¿Cómo?

Entre Hilos del Destino | KogaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz