VI

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Koga no podía creer las palabras que había pronunciado, ¿Cómo podía confiar en ese zorro? Su naturaleza se trataba de engañar, pero…algo en su mente le decía que podía confiar en él.
La mañana llegó y emprendieron su viaje. Al parecer el de ojos naranjas conocía bastante los alrededores y al ser veloz, iba al lado de Koga, mientras que el resto iba a unos cuantos metros atrás.

—Para ser un zorro eres bastante rápido.

—Es una de mis habilidades, he mejorado con el pasar de los años.

—Mmn.

Asintió sin saber que agregar.

—¿Te molesta si vamos a la guarida de los lobos?

Preguntó Koga. Era peligroso llevar a un desconocido a su tribu, pero si el zorro no había atacado durante la noche, era poco probable que quisiera atacar en la tribu dónde le ganaban en número.

—No me molesta, incluso puedo quedarme afuera si lo necesitas.

—Bien, pero quiero que entres, quiero presentarte ante la manada.

El zorro asintió, no podía negar que estaba algo emocionado.
Al llegar se adentraron, la reacción de muchos al ver al desconocido Kitsune fue gruñirle. Koga lo presentó como un acompañante del grupo, por lo cual, los lobos se tranquilizaron. También el líder agregó que el de ojos naranjas lo había salvado de un demonio, esto hizo que finalmente confiaran en él.
Durante la noche todos se acostaron uno al lado del otro, pero Min Hao no se sentía cómodo y aceptado en ningún lugar. Koga lo notó y le hizo una seña para que se acercará, tenía lugar suficiente para otro a su lado.

—¿Te sientes incómodo?

—Si, todos tienen su posición para dormir y aunque Hakkaku y Ginta me invitaron a acostarme junto a ellos, pero rechacé la oferta por el bien de mí inocencia.

Koga por primera vez rió y Hao sintió que escuchaba la risa de un ángel.

—Son lobos un poco torpes y traviesos.

—Lo noté, me engañaron para tocarme los bíceps.

Comentó riendo al recordarlo. Koga se hizo a un lado para darle un cómodo espacio al más alto, quien se recostó y habló nuevamente.

—Buenas noches, líder Koga.

Dijo con una leve sonrisa. Aquello hizo que el corazón del lobo se removiera con algo de fuerza, ¿Qué era aquello que sentía?

—…buenas noches…

Al día siguiente el lobo despertó con una calidez rodeando su cuerpo. Al abrir los ojos se encontró con el calmado rostro del zorro, aún estaba durmiendo, pero lo curioso es que lo estaba abrazando mientras dormía. El rostro del líder de los okami se torno de un fuerte carmesí, quería alejar al contrario, pero se encontraba atrapado en sus brazos. Forcejeó pero fue en vano.
Repentinamente los ojos del zorro se abrieron, dejando a la vista esos orbes naranjas.

Entre Hilos del Destino | KogaWhere stories live. Discover now