XI

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—¡Ese idiota!

Dijo con ira el lobo luego de oír la historia.

—Lo sé, es un completo imbécil, pero no vale la pena enojarse ya por ello. Ha pasado un largo tiempo.

Dijo aún con su mirada en el cielo.

—Entonces…¿Aún sientes algo por él?

Preguntó, con una punzada de nervios ante la futura respuesta.

—Sinceramente no. El tiempo ha pasado y he cambiado, quizás en los primeros años si sufrí mucho y pensé en él casi todo el tiempo. Pero luego, simplemente la herida se curó, probablemente me di cuenta de que él jamás me quiso o que no valía la pena quererlo.

Respondió con sinceridad. Era cierto, fue un proceso duro, pero pudo olvidar sus sentimientos amorosos por ese despiadado demonio.

—Eso es bueno, ese idiota no merecía tu amor.

Agregó Koga, aún enojado por lo que el perro le había hecho al zorro.

—Me alegra estar a tu lado.

Dijo volteando y encontrándose con los hermosos ojos celestes del contrario.

—También me alegra estar a tu lado.

Sonrió suavemente.

Min Hao se acercó hasta que sus hombros rozaron. Koga se atrevió y recostó su cabeza sobre el hombro del más alto.

—Antes deseaba con anhelo destruir a Sesshomaru, pero con los años, me di cuenta de que no tenía un objetivo en la vida. Todo era combatir demonios y salvar criaturas indefensas…pero, ¿Qué más haría?

—¿Encontraste una respuesta a ello?

—Si…

Sonrió.

—¿Puedo saberlo?

—Es un secreto, pero te lo haré saber en el futuro.

Le guiñó un ojo coquetamente. Koga negó con una sonrisa y un leve rubor.

—¿Seguirás viajando con nosotros?

Preguntó con suavidad, como si más que una pregunta, fuera un pedido.

—Si me lo permites…

Respondió con una sonrisa.

—Me encantaría.

Susurró. Sus miradas se encontraron, estaban bastante cerca.

—Koga…

Nombró con delicadeza.

—Min Hao…

Dijo de la misma forma. Sus rostros se acercaban más y más, Min Hao posó su mano en el rostro ajeno y sus labios finalmente se encontraron, creando un tacto único y suave. Uno de los colmillos del más alto mordieron el labio inferior del de ojos celestes, logrando que el beso acabara.
Ambos se observaron, un fuerte color carmesí se hizo presente en todo el rostro del okami. Min Hao sonrió ante esto, el menor se veía simplemente adorable.
Antes de que pudiera pronunciar algo, el de menor estatura se fue corriendo sin decir nada. Parecía avergonzado y su rostro rojo delataba su evidente timidez.
El kitsune sonrió, probablemente hablaría con el líder de la manada al día siguiente, cuando su vergüenza ya estuviera menos presente. Pero por el momento, se dedicó a acariciar sus labios con una boba sonrisa.

Entre Hilos del Destino | KogaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum