I.- Llegada

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La manada de Beacon Hills pereció años atrás cuando un incendio acabó con la vida de casi todos en la mansión, los únicos sobrevivientes fueron Peter, Laura, Derek y Cora Hale, o es lo que suponían porque no habían podido encontrar un cuerpo ni siquiera sus restos: el del hermano de Thalia y Peter.

Ahora seis años después Derek Hale a sus veintidós años se había convertido en alfa después de que su hermana falleciera a manos de los Argent. En los últimos tres años se dedicó a buscar betas y los consiguió ahora eran una manada bastante grande y se habían enfrentado a muchas cosas en ese tiempo, les había costado ser una manada de verdad pero al final lo lograron. A la manada también se unieron dos Argent, para sorpresa de todos, pero ellos no eran como los demás de su familia y habían demostrado una lealtad inexplicable hacía ellos.

Noah Hale junto con los dos cazadores, una mercenaria, la madre de uno de los betas y un adolescente eran los únicos humanos en la manada. El sheriff era esposo de Peter Hale así que estaba involucrados con ellos desde antes del incendio, el humano no se encontraba esa noche ya que había salido del viaje a un entrenamiento así que no estuvo presente cuando la mansión fue consumida.

Breaden era la mercenario que había ido a acabar con la manada, pero terminó enamorándose del alfa y dejando ese oficio. Melissa Mccall ahora Argent, es una enfermera además de madre de Scott Mccall, la mano derecha de Derek. Chris y Allyson Argent habían ido en contra de los métodos inhumanos que utilizaba Gerard así que decidieron proteger a la manada y la adolescente encontró también el amor ahí justo en la hermana menor del alfa: Cora. Hay un humano más en la manada, pero no es considerado uno como tal: Alan Deaton ha sido el druida de la manada por mucho tiempo y seguiría al lado de los Hale hasta su muerte, pero al tener una chispa a veces no se le considera por completo humano.

Derek era un alfa joven pero con la ayuda de Peter estaba aprendiendo las costumbres y maneras de liderar una manada, era más difícil de lo que esperaba y más cuando la mayoría de los betas eran adolescentes o jóvenes adultos, era complicado pero agradecía tener a su pareja y otros adultos para poder controlar a los cachorros. Un gran apoyo para él y la manada había sido Jordan Camden Lahey, hermano de uno de los betas y un sabueso del infierno; el joven de veintisiete años se mantenía calmado y sereno, era como un hermano mayor para el alfa, quien se había convertido en el segundo al mando en la manada.

La manada al fin había conseguido un poco de paz después de enfrentarse a Gerard Argent y el kanima que había creado, también habían hecho una alianza con la manada alfa, los cuales vivían en el pueblo y los gemelos habían dado su poder para poder convertirse en betas Hale, y gracias a eso pudieron acabar con una darach que estaba haciendo sacrificios para obtener poder. También en ese tiempo se habían puesto en contacto con la manada del pueblo al lado y habían reforzado la alianza que Thalia Hale ya tenía con Satomi, una alfa de bastantes años y gran experiencia, era mejor tenerla de aliada que de enemiga.

Lo último que hicieron fue reconstruir y mejorar la mansión Hale para que así toda la manada pudiera vivir en ella, también hicieron dos pisos de habitaciones vacías, sabían que en algún momento se utilizarían, ya sea para los futuros cachorros o nuevos miembros de la manada que podrían encontrar.

*

Derek se encontraba en su oficina junto con Peter, Scott, Jordan, Noah y Chris.

El alfa dejó varias fotografías sobre la mesa, en ellas se podían ver varios cuerpos de asesinatos.

— Todas estás personas eran sobrenaturales, los que vivían aquí sin hacerle daño a nadie. Alguien los asesino y no fue una persona normal. — dijo Derek mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho.

El cazador tomó una fotografía de la mesa.

— Esto fue hecho por cazadores, más en específico los Calavera.

— ¿Qué tipos de cazadores son? — preguntó Jordan frunciendo el ceño, odiaba ver tantas muertes de inocentes.

— Los Calavera son de México, son más letales y fuertes, fueron entrenados como sus antepasados. Ellos han protegido a los humanos desde hace tiempo, su código es el mismo que el Argent anterior, pero solo matan a alfas "inocentes" si han mordido a algún humano. Cuando hablé con Araya, su jefa, no estaba nada contenta acerca de la decisión que Allyson y yo habíamos tomados, no era de extrañar que estuviera esperando el momento perfecto para declararnos una guerra. — explicó Chris mientras les mostraba una de las balas que utilizaban esos cazadores.

— Entonces tenemos un problema, porque los Calavera ya comenzaron a atacarnos y no puedo permitir que más inocentes mueran.

— Debemos de ser inteligentes, somos fuertes pero no podemos enfrentarnos a ellos sin pensar bien las cosas. — dijo Jordan frenando toda iniciativa del alfa.

— Es verdad, tenemos que averiguar como se mueve, así también podremos encontrarlos de manera más sencilla. Con lo que tenemos Jordan y yo podemos usar de las herramientas en la comisaría. — dijo Noah mientras recogía las fotografías, ya las habían visto demasiado tiempo.

— Por el momento los cachorros ni nadie de la manada debería de salir de aquí, estamos más seguros en la mansión y la mayoría juntos, no podemos arriesgarnos a que los asesinen. — dijo Peter de manera seria, los betas eran lo más importante además de que no podía permitir que murieran tan jóvenes.

— Bien, eso haremos y crearemos un plan más elaborado conforme la información que consigamos. — dijo Derek, dando terminada esa conversación.

Frente a la mansión se encontraba un figura de un hombre sobre la rama de un árbol, él había escuchado toda la conversación, sonrió y dejó que sus ojos brillaran por un momento en azul eléctrico.

*

La manada corría por el bosque, los Clavera estaban detrás de ellos disparando sin cesar, apenas y podían huir y todo porque no estaba todo el clan.

Peter escondió a Cora y Malia detrás de él, los demás betas no tardaron en hacer lo mismo, sabían que tenían que cubrirse.

El mayor dejó brillar sus ojos y saco sus colmillos, Derek hizo lo mismo. No tenían de otra más que luchar.

Una flecha iba en dirección a ellos pero fue detenida por un hombre de cabello castaño oscuro, el cual estaba un poco largo, que vestía completamente de negro

— Deberían de tener más cuidado. — en cuanto las palabras salieron de su boca los cazadores salieron huyendo.

— Conozco ese aroma. — susurró Cora tratando de acercarse al desconocido.

El hombre giro mostrando su piel pálida cubierta de lunares junto con sus ojos azul eléctrico, que al desaparecen dejaron ver unos orbes whiskey.

— ¿Tío, Stiles? — preguntó Derek con voz temblorosa.

— Mitch. — susurró Peter con impresión logrando que el otro lo mirara con una ligera y casi imperceptible sonrisa.

— Hola, hermano. 

El Tercer HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora