La Tierra Media, de esplendor inconmensurable, árboles con hojas color verde oscuro, otros con hojas verde tierno se mecen al compás de la brisa, la tierra debajo de estos se moteaba de la sombra de las temblorosas hojas. Las flores amarillas, brota...
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Sus ropas estaban mojadas, había despertado a las orillas de un río. Sentía que había estado inconsciente por mucho tiempo, y más que inconsciente sentía que había dormido y viajado, ambas cosas al mismo tiempo, por un largo período. Era un sentir extraño, el de olvido, no podía recordar que había soñado, y no sabía porqué sentía que eventos que habían pasado pasado recientemente habían sucedido hacía mucho tiempo, años...
Desconcertada observó su pantalón de mezclilla y converse blancos, mojarse con el agua que corría en el río, con sus manos sujetó con fuerza el pasto verde debajo de estas. No entendía, hacia un.... estaba en la estación de autobuses y de repente todo negro, y ahora despertaba aquí.
Sintiéndose desesperada, miró frenéticamente a su alrededor, asustada, recibió a sus ojos un bosque, profundo y frondoso, casi se podía decir que con algo extraño en él, los árboles se veían distintos a los que había del otro lado del río, de algún modo esos eran más ¿brillantes? ¿alegres? No sabía ni como explicárselo a si misma, despertaba en un lugar desconocido y empezaba a ver cosas en los árboles, ¡maravilloso!
Tenía que encontrar una manera de regresar y después iba a llamar a la policía... ¡llamar! Fue entonces que se percató de que no tenía su maleta, con la que había salido de la universidad o su teléfono. ¿La habían secuestrado? ¿¡Cómo!? ¿Acaso la habían secuestrado los mismos que habían dejado la nota en el cuarto de hospital de Joshua? Aún más raro, ¿por qué dejarla tirada en un bosque, habiendo la posibilidad de que ella regresara o encontrara ayuda?
Definitivamente no entendía nada, decidió entonces levantarse del suelo, y caminar río abajo, siempre habían pueblos o alguien viviendo junto al río, sino ¿una represa?
Comenzó entonces a caminar río abajo, pasó una hora, que pareció tres bajo el sol radiate, cuando ella escuchó o más bien sintió un fuerte golpe, que hizo retumbar el suelo, pero no fue solo uno, como ella pensó, sino que este primer retumbar de la tierra le sucedieron muchos, casi como si una estampida se dirigiera en su rumbo.
Stella, corrió fuera de la orilla del río, acercándose más a la línea de árboles, ocultándose de lo que sea que se avecinaba. Pronto lo vió, era una especie de trineo, de madera, que por la forma tan rústica que tenía parecía casi como si la madera propia se hubiese movido creando el trineo que para su sorpresa era tirado por liebres de gran tamaño, había muchas de ellas quizá, ¿catorce?
La persona que tiraba de tan atípico trineo estaba cubierta en ropajes de color marrón y portaba un gorro que Stella entre los arbustos pudo definir como un "gorro para climas nevados"
"¿¡Cómo es que no tiene calor!?"- pensó mientras abría un pequeño hueco para ver mejor al hombre a través de la espesura del arbusto que la protegía de ser vista, el hombre parecía extrañamente familiar.
- Sé que estás por aquí - dijo mientras se desperezaba del trineo, aún no se daba la vuelta, por lo que Stella no podía ver su cara.
- ¡Sal ya!, estoy demasiado viejo para esto - insistió de nuevo el extraño personaje.
