CAPITULO 68

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Pov: Christopher

No dormí en toda la noche, sé que no debí hacer todo eso, mi estrés me está matando, Patrick viene para acá pero dudo que pueda hacer algo.

Camino como león enjaulado por toda la sala, mi opresión en el pecho no me deja ni respirar. He vomitado al menos 5 veces en toda la mañana.

Me arrepiento rotundamente de haber ido al llamado de Gema, todo fue una estupidez, ella dijo que Marie había tenido un accidente y al final solo querían dinero para su alquiler. Intente volver antes pero salían con estupideces que me retrasaban.

Siquiera pensar en la posibilidad de que Atenea hubiera perdido a nuestro bebé me pone mal, no sé cómo fui capaz de dejarla así. Intento tener coherencia en lo que digo y hago pero los impulsos me ganan. Se que el traerlos y dejarla así fue mala idea, pero mi orgullo no me da para llamarla y decirle que siempre si se los regreso.

El ascensor se abre y veo a Patrick, este viene echo furia que lo primero que hace es soltarme un puñetazo haciéndome retroceder.

— ¡¿Que mierda te pasa?!

— ¡¿Que mierda te pasa a ti Christopher?! — me grita y antes de que me suelte otro golpe lo empujó— ¡¿Quieres que vulva a tener otra amenaza de aborto por el puto estrés que le provocas?! ¡No seas idiota y deja de tratarla así!

Me suelta otro golpe y es me aturde aún más.

— ¡Cálmate carajo!

— ¡No me pidas que me calme! ¡estas arruinando tu familia cabrón!

Pasa gritándome y despotricando hacia mi hasta que se cansa.

— ¿¿Por qué no estuviste con ella?!

— Gema dijo que Marie había tenido un accidente, estaba por ir, Atenea empezó a cuestionarme de donde esta y...

— ¡Solo quería informarte que no se sentía bien! — me vuelve a gritar.

— Si continúas gritando despertarás a mi hijo.

— ¿A Em?

— ¿A cuál más si no?

— Pedazo de imbécil, animal rastreo, pinché pendejo, estúpido malnacido... ¡¿de verdad fuiste capaz de quitarle al niño, por algo que fue tu culpa?!

Basta con eso para que los llantos en la habitación de arriba se comiencen a escuchar. Le doy una mala mira a Patrick y este solo niega apretando el puente de su nariz.

Subo por mi hijo, su llanto y los ladridos de Zeus me empiezan a dar punzadas en la cabeza.

— ¡Maa-mi! ¡Maami!

Abro la puerta y no deja de gritar.

— Puedes callarte.

Al verme busca a mi lado esperando ver a Atenea.

— Habale a mi mami, ¿pol que estamosh aquí? — se sienta limpidano su cara— No lusta, a vamoch a mi cata.

— Esta es nuestra casa Emiliano, y tú y yo volveremos a vivir aquí.

Su cara se relaja un poco y sonríe.

— ¿Mami ya se depelto? Levame quielo acostalme a su dado— me insiste pero como no me muevo se molesta— ¡Maami ya despelteeee!

Respiro hondo preparándome para lo que viene.

— Atenea no está.

— ¿Talio? ¡¿Te fue si mí?! — grita y lo saco para cambiar su pañal.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora