CAPITULO 49

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Pov: Atenea

Llevaba días sin descansar bien, siento una suave caricia en mi vientre, pero también algo de humedad en mis tetas.

Tengo mucho sueño pero todo se me va al sentir una mordida y el cómo succionan desesperados.

Emiliano no me muerde... abro los ojos y Christopher esta de lado con mi seno.

— Chris... amor no produzco leche tan rápido y el niño no va a tardar en despertarse.

— Pero yo también quiero.

No quiero apartarlo, pero no tomará de los dos, quito mi brazo para darle mejor acceso, y sonríe como niño caprichos.

Sus los manos aprietan mis dos tetas y está por meter los dos pezones a la boca pero lo detengo.

— Solo uno— su ceño se frunce, y antes de que refute hablo— O tomas de uno o nada.

— ¿Y por qué Emiliano si puede de los dos?

— Amor él toma de los dos porque es un bebé y necesita la leche, en cambio lo tuyo es diferente.

Ya se molestó.

— Estás perdiendo tiempo en esta rabieta, si Em se despierta ya no tomaras de ninguno.

Lo jalo acostándolo y se mete de nuevo el pecho, no es incómodo pero si extraño, claro ya había tenido mis tetas en su boca pero no tomaba...

Es él, y solo succionar no le basta se desespera y mete su mano a mi coño, sus dedos me estimulan, y me comienza a morder un poco fuerte.

— Amor más despacio que me duele...

Hace una queja pero deja de morder y trata de calmar su desespero. Me regala 2 orgasmo, se acaba la leche pero el llanto de la habitación de alado se lo impide, penetrarme.

— Ve por él, yo me pondré un sostén.

Con mala cara va, rápidamente busco nuevas bragas, un sostén y me pongo unos shorts.

Me acuesto de nuevo y espero a que Christopher regrese con mi bebé. No tardan mucho y aparecen, mi niño viene muy ansioso, mueve sus piecitos y sus manitas.

— Mi amorcito hermoso, buenos días mi vida— se emociona más

Christopher lo lanza a la cama cuando está cerca, ganándose una mala mirada de parte mía. Em gatea hasta llegar a mí y se quita el chupete para besarme.

— Mami.

— Bebé, buenos días ¿Dormiste bien?

— Míen— se sienta en mi vientre y se abraza de mí— ¿Poemosh il a tine o tamién?

— Pero fuimos ayer bebé.

— Pelo papá no ino.

— Mira amor hoy no vamos a poder ir, pero empezaré a busca a alguien que nos haga uno aquí en la casa, así podremos ver las películas que sean sin salir— le acaricio su espalda— ¿Está bien?

— Míen...— murmura y mueve mi sostén para prenderse de mis tetas.

Lo dejo tomar y le escribo a mis amigas para contarles lo que sucedió, cuando em termina, estamos por levantarnos para bajar a desayunar pero me mareo y tengo que sostenerme.

De pronto las arcadas vuelven, y corro al baño, con un pequeñito asustado siguiéndome.

— ¡Mami, mami! — mi pequeño se espanta y quiere llorar.

— Amor sal, estoy bien bebitos solo— vuelvo a vomitar— En un momento voy.

Christopher recoge mi cabello.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora