Siempre fuiste tú

CAPITULO 46

Pov: Christopher

La sigo realmente desborda furia, antes de que cierre la puerta la detengo.

— Lárgate no te quiero ver— pese a sus quejas entro.

Le da su papilla a Emiliano, y como si supiera que es mal momento de estar despierto se duerme en sus brazos.

Hace unos días mando a comprar un sillón automático para mecerlo, así que lo acomoda ahí.

— No te lo voy a volver a repetir Christopher, lárgate— en sus ojos casi no se distingue el color verde.

— No sé porque haces tanto drama, además no fue mi culpa.

— ¡¿Qué no fue tu culpa?! — grita hasta que recuerda a Emiliano.

— No puedo evitar que me coqueteen— me encojo de hombros.

— No yo sé que no, ¿pero sabes que si puedes hacer? — pregunta con tono de ironía— Mínimo el puto esfuerzo de pararla, de darme mi maldito lugar, no Luisa, no Brenda, ¡Tú! Porque eres mi pareja.

No sé qué más quería que hiciera si solo la ignore.

— Estás haciendo todo un drama por alguien tan insignificante — niego sentándome en las sillas frente a su escritorio— Además nunca he reaccionado así cuando te coquetean a ti.

Ya está bastante enojada, pero de igual manera es cierto.

— Porque no ha habido necesidad de que lo hagas. Siempre he dejado muy claro que estoy contigo.

— Hujum— se me están acabando los malditos fundamentos y me empiezo a cabrear— Pues parece que a Bratt y a tu amiguete se les olvida muy fácil.

— Bratt no tiene nada que ver aquí, él sabe de sobra que estamos juntos, y lo que paso con Lionel fue muy diferente.

— Si ¿y por eso lo besaste?

— ¡El me beso y lo sabes! — sí, claro que lo sé— Además en todo momento supo que eras mi novio.

— Y ella también lo sabe, no entiendo el jodido berrinche.

— No es un berrinche, y el problema está en que aunque lo sepa si tu no le pones un alto no sé va a detener.

Esta situación ya me está hastiando.

— Parala ya tú también, ¿no creí que fueras tan insegura? — no se ni que carajos digo.

Suelta una risa sin gracia y se sienta en su silla.

— ¿Insegura? Alguien como yo Christopher jamás se sentiría inseguridad de alguien como ella — pone los codos sobre el escritorio— Dime algo, ¿ustedes tuvieron algo más que solo un trabajo juntos?

Siempre he creído que lo malo no es cuando te preguntan, sino cuando lo hacen y no te sabes la respuesta.

— Joder Atenea, estas yendo muy lejos.

— Solo contesta la pregunta.

— ¿Y si fuera así que cambiaría? ¿Tú tendrías algún problema?

— ¿Debería tenerlo? — contrataca y sabe que odio que conteste una pregunta con otra— Solo contesta la maldita pregunta.

— No, o no lo sé Atenea — me levanto— No recuerdo ni a la mitad de las mujeres que me he follado ¿bien?

Ahora no dice nada, solo me observa con esos ojos llenos de veneno.

— Muy bien, ahora vete necesito trabajar— sé que nada está bien.