CAPITULO XIX

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-Mi cerebro no da más- dice Charity mientras se deja caer en su silla

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-Mi cerebro no da más- dice Charity mientras se deja caer en su silla. Se encontraban en la casa de la chica estudiando desde la salida de la escuela.
Hace ya 2 semanas se encontraban en' todos lados para poder estudiar, se ayudaban mutuamente y se daban apoyo- Necesito distraerme. Zara distráeme-

-¿Me viste cara de payaso?- preguntó la rubia sin dejar de escribir en su cuaderno.

-¡Oh vamos! Cuéntame más sobre tus reuniones con James-

Desde esa vez en su casa, sus juntadas con James pasaron a ser casi diarias. Se había quedado a cenar un par de veces y los Folks lo adoraban.

-No hay nada que comentar, pasamos tiempo juntos, algunas veces hablamos, otras no-

-Verás Char, algunas personas sí disfrutan en silencio- se burló Daniella. Charity le sacó la lengua.

-¿Y sobre Rhydian..nada?-

-Lo he visto en los pasillos junto a Madeline y su grupito pero no hemos hablado, al menos no desde que me gritó en mi casa y pidió distancia-

-Sigo pensando que estaba celoso- agrega Daniella. Zara, ya desconcentrada, deja de escribir su ensayo y se pasa una mano por su cabello.

-Celoso o no, no debería gritarme. ¿Ahora podemos seguir con el estudio por favor?

-¡Sí mi capitana!- Zara y Daniella saltaron ante el grito repentino de Charity pero rieron y siguieron estudiando.

°°°

Zara estaba ya en el salón ese Lunes por la mañana. Había decidido llegar más temprano para poder repasar Biología pero su lectura se vió interrumpida cuando un libro apareció frente a ella.

-No es posible- murmuró mientras tomaba el libro entre sus manos y lo observaba con atención- ¡No es posible!-

-Una promesa es una promesa- dijo James mientras se sentaba sobre la mesa de al lado- Le hice una llamada a mi tía hace unos días y, pues, me hizo el favor-

Zara carcajeó mientras se levantaba y abrazaba con fuerza al chico. Este se contagió de su emoción y también comenzó a reírse. Zara se soltó de él y volvió a ver su nueva joya literaria: Los juegos del Hambre: En llamas.

-Debemos organizar una sesión de lectura cuando terminen los exámenes, ¿te parece?-

-Me parece perfecto mientras que sea en tu casa y con las galletas de Dean-

-Bueno bueno parejita, siéntense que la profesora ya está llegando- comentó Daniella mientras se sentaba junto a una compañera y Charity se sentaba junto a Zara-

La profesora de Biología les dió una introducción a lo que se aproximaban la semana de exámenes y, una vez finalizado esto, se movieron al gimnasio y comenzaron la evaluación.

Zara se sentía ansiosa y, bajo estrés, no rinde de la mejor forma. Fue una de las últimas en entregar pero lo hizo con la esperanza de aprobar con la mínima nota.

Después del exámen, todo su curso se traslado de nuevo al salón y continuaron con las clases, recordándoles que al día siguiente rendirian Lengua.

La hora más preciada llegó y con sus amigas salieron del salón para dirigirse al comedor. Decidieron comer afuera por lo que cada una llevó su bandeja hacia más mesas del patio.

-No creo poder hacer esto por una semana, estoy agotada- se quejó Daniella-Encima con mi madre encima para controlar un promedio perfecto. Lo lamento madre pero soy una persona de 7, con mucha suerte un 8- todas rieron.

-Yo...-

-No, tú nada Charity. No tienes opinión en el tema mientras sigas teniendo un promedio de 9.5- le amenazó Dani con el tenedor. Zara agarró su bebida e hizo ruido al tomar, haciendo que las otras chicas se carcajearan.

-Zar, si te dijera que no miraras atrás tuyo, ¿me harías caso?

La rubia se dio la vuelta mientras Daniella murmuraba "Claro que no". Frunció el ceño al ver a Rhydian y Madeline corriendo y alejándose de la escuela...juntos. Zara comenzó a sentir la ira dentro suyo pero sabía distinguir que era sólo su lado lobo. Necesitaba alejarse.

Zara hizo una mueca pero al enfrentar a sus amigas, simplemente se encogió de hombros.

-El eligió chicas, y no tengo opción de opinar aquí. Si el no quiere mi compañía perfecto. La veo en clase- Zara se levantó y caminó lo más rápido que pudo hacia la terraza del gimnasio.

Habían descubierto con James como entrar sin ser visto hace unos días y habían decidido usarlo para poder desaparecer. Al parecer un deseo mutuo.

Zara se acostó en el piso y cerró los ojos, concentrándose solamente en el viento que soplaba, en el ruido de las hojas caídas del otoño, voces murmurando.

Se relajó a tal punto que se quedó dormida, tan profundamente que ni escuchó el timbre. Sus amigas se encontraban preocupadas al no verla  entrar por el salón pero habían sido detenidas por el profesor de Matemática y no podían ir a buscarla.
James, por otra parte, actuó inteligentemente y le mandó un mensaje.

¿Donde estás? ¿Estás bien?
enviado a las 14:05

El celular de Zara vibró pero no logró despertarla. Lo que sí logró hacerla brincar del susto fue la alarma de incendio que provenía del gimnasio, justo debajo de ella.

Todavía dormida, se levantó y caminó hasta donde estaba el patio.
Agachándose y tratando de que nadie la viera, observó como los alumnos comenzaban a hacer filas.

Su celular volvió a sonar. Un mensaje de James.

¿Zara donde estás? Activaron la alarma, corre al patio YA.

Al notar donde estaban sus amigos y compañeros, Zara decidió moverse pero la voz de Shannon la detuvo.

-¿Por qué hiciste eso?-reclamó la pelirroja mientras se acercaba al rubio.

-Shan..- quiso intervenir Maddy.

-Estás demente Rhydian Morris. Solamente porque quieras perder tu tiempo no significa que puedas perder el nuestro-

-Bien, su atención por favor- llamó Jeffries.- Pueden ir a sus respectivos salones. Tú- apuntó a Rhydian- vendrás conmigo a la oficina del director-

Rhydian se despidió de Maddy y se marchó junto con Jeffries. Ahí fue cuando Maddy explotó y comenzó a gritarle a Shannon.

Zara miró pensativa a Madeline, había algo en su comportamiento que no tenía sentido...

Se mostraba irritable, ansiosa y su corazón iba muy rápido por lo que pudo escuchar Zara. Pero fueron las pequelas venas que distinguió a distancia que llamaron su atención. Era como si fuera a transformarse en ese segundo. Y ahí fue cuando todo hizo clic.

Madeline estaba a punto de tener su primera transformación y estaba al borde de la locura.

𝒊𝒏𝒗𝒊𝒔𝒊𝒃𝒍𝒆 𝒔𝒕𝒓𝒊𝒏𝒈, rhydian morrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora