CAPITULO IX

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Cuando Rhydian había aceptado quedarse en Stoneybridge lo hizo solo por 2 razones: Zara y Maddy.

La primera porque, con cada paso que daba alejándose de ella, se sentía cada vez más vacío. Al principio, cuando la conoció, le asustó el efecto que tenía sobre él, habiendo pasado por tantas casas adoptivas, nunca había conectado con nadie y menos al nivel que tenía con Zara. Por esto mismo quiso alejarse, huir. Fue instinto, pero cuando Maddy lo alcanzó, justo antes de que él abandonara el pueblo para siempre, todo cambió.

Maddy le había dicho que había unas historias folclóricas de los wolfbloods y de una conexión inexplicable. No fue mucha la información dada porque Maddy no conocía estas historias pero sus padres tal vez sí.

Así qué, allí estaba, yendo a la escuela de nuevo, caminado por la calle solitaria, sabiendo que llegaría antes que el bus escolar por su velocidad nata.

Al aceptar quedarse, se había prometido no ser más que amigos con Zara, por más que su cabeza estuviera llena de comentarios sobre sus delicados labios o hermosos ojos azules. Pero se le era complicado y no solo por su mente. El efecto que tenía la mera presencia de Zara en él era... impresionante.

Cuando ella lo abrazó, el anhelo posterior de querer tenerla cerca era casi insoportable.

No tenía idea de cómo se comportaría en la escuela pero esperaba poder contenerse y no hacer algo que después se arrepintiera.

La vio en la entrada de la institución, estaba con su uniforme puesto, su gran abrigo y su gorra roja que combinaba con su bufanda. Parecía estar luchando con el candado de la bicicleta pero escuchó su canto victorioso a lo lejos... bueno más bien chillido.

Sus ojos se encontraron cuando él ya estaba en la puerta de entrada. Ella se le acercó y le dejo un beso rápido en la mejilla a modo de saludo y atravesó las puertas.

¿Cómo lo hacía? Ahí estaba el luchando para controlarse y ella va y le deja un beso en la mejilla y se aleja de él como si no le costará nada.

¿Seré solo yo? se preguntó Rhydian mientras caminaba por los pasillos y subía las escaleras, escuchaba risas y murmullos a su alrededor pero fueron las fotos pegadas en las ventanas las que consiguieron sacarlo de sus pensamientos.

Giró la cabeza y se encontró con la mirada de Maddy. Sin embargo él ya sabía qur hacer, no dudó al abrir la puerta del salón oscuro y tomar la tarjeta de memoria que había en la computadora. Un sonido en la puerto lo asustó pero se tranquilizó al ver a Zara en la puerta.

-¿Qué?- pregunto la chica al ver que los ojos del Rhydian seguían clavados en los de ella. Él solo negó y se volvió hacia la computadora para asegurarse de que no hubiera nada.

Sentía a la chica atrás, parecía estar buscando algo pero él no le preguntó, solo tomó su mano y la arrastró con él hacia la escalera, cerrando la puerta para que todo pareciera intacto.

-¿Rhydian qué..?¡Mi cámara!¡Ey!- Zara se quejaba y trataba de soltarse del agarre del rubio pero él era fuerte por lo que después de un par de intentos dejó de resistirse.

Rhydian los llevó escaleras arriba y se detuvieron en una esquina del pasillo.

-¿Me puedes explicar que fue eso?- murmuró bajo Zara ya que estaban en el piso de los profesores.

-Shannon tenía una foto, una prueba de un wolfblood. Robe su tarjeta original para que no pudiera ver la foto-

-No habrás sido tú ¿no?- él negó mientras dejaba descansar su cuerpo en la pared. Zara suspiró cansada.

Y eran recién las 8 de la mañana.

-Okay, dame esa tarjeta y yo se la daré a Dean. Él sabe de fotografía y podrá manipular la fotografía original para arruinarla permanentemente- Rhydian asintió. Sacó la tarjeta de su bolsillo, y metió su mano en el bolsillo del abrigo de ella.

Muy estúpido de su parte porque al hacerlo se había acercado bastante a la chica y su autocontrol podía hacer hasta un límite. Su respiración se volvió pesada y su mente se dejó llevar. Si sólo se agachara un poco y moviera su cabeza hacia la izquierda...

-Rhydian- advirtió Zara como si pudiera leerle los pensamientos, sus intenciones- Estamos en el piso de los profesores, no podemos..-

La chica se ahogó en sus palabras y respingó de la sopresa cuando Rhydian, sin haber escuchado ni una palabra, la había empujado de la mano que seguían agarrados. Zara puso su mano libre entre los dos cuerpos, quedando esta apoyada en el pecho de él.

Zara elevó la mirada para conectarlos con los ojos de él, tal vez sus ojos podrían decirle lo que sus boca no le permitía. Pero este plan falló cuando notó que los ojos de Rhydian no se encontraron con los suyos, estaban mirando algo en su rostro y Zara no tuvo que ser muy inteligente para saber que estaba mirando.

-Dijiste que querías ir despacio- logró susurrar ella

-Pues cambié de parecer- respondió él.

La respuesta le aceleró la respiración pero fue el timbre el que la hizo saltar del susto. Sacando a ambos de la burbuja intensa que habían creado.

Ambos soltaron un suspiro y Zara dejó caer su cabeza en el pecho de él.

-Tenemos que ser inteligentes, Rhydian. No podemos ser unos salvajes- él apoyo su cabeza sobre la de ella- No estas ayudando, se me está haciendo muy difícil controlar mis instintos ahora mismo-

-¿Y si hago esto?- murmuró él para después besarle un costado de la cabeza, una zona cerca del oído de ella. Zara se estremeció- Eso no es nada comparado a, no sé, un beso en la mejilla por decir un ejemplo.

Zara rió.

-Vengativo, lo tendré en cuenta. Bueno, ya ves que esto nos cuesta a ambos, pongamos algunos límites, dejar de hacer cosas para que el otro no se tiente.-

-Perfecto, un ejemplo es que dejes de usar ese perfume- respondió automáticamente Rhydian. Zara lo enfrentó indignada pero el rubio le pellizco la nariz mientras reía- Deja de mirarme así, huele demasiado bien-

-Quita- masculla ella mientras le pega en la mano- Bien, entonces si yo no puedo usar mi perfume tu debes dejar de mirarme con esos brillos en tus ojos-

-¿Qué? Eso es ridículo, no puedo controlar mis ojos- Rhydian frunció el ceño.

-Pues o aprendes a hacerlo o seguiré usando mi hermoso perfume. Decide-
Zara se cruzó de brazos mientras una mueca burlona se escapaba de su boca.

-Bien. Seguirás usando tu perfume y yo seguiré con mis brillosos ojos pero- Rhydian hizo una pausa para acercarse a la chica, tanto que sus frentes chocaban y sus narices rozaban. Zara ahogo una suspiro- no habrá ningún tipo de contacto físico.¿Podrás controlarte?

Zara soltó una risa ahogada mientras su rostro se movía, casi rozando el de Rhydian. Se detuvo cuando su boca llegó cerca del oído del muchacho.

-¿Podrás tú?-

....

Buenasss, perdón por la leve desaparición. Estoy a punto de empezar la facu de nuevo y bueno, un quilombo.

Sé que esto parece muy hormonal pero recuerden tres cosas: primero, los wolfbloods se suelen dejar llevar por sus instintos y les cuesta controlarlos, segundo Francia, y tercero... bueno tienen 15 años. ¿Qué quieren que les diga?

𝒊𝒏𝒗𝒊𝒔𝒊𝒃𝒍𝒆 𝒔𝒕𝒓𝒊𝒏𝒈, rhydian morrisOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz