Bonus Epílogo: Jungkook

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En toda la vida de Jungkook, nunca había imaginado que llegaría a vivir esta particular fantasía. Yoongi estaba ante él, con un corsé negro, panties de seda y botas de tacón de aguja que deberían haber sido registradas como verdaderas armas. Estaban en la mazmorra del sexo, Jungkook boca abajo, desnudo, anclado a los cuatro puntos de la cama con la presión justa para inclinar sus caderas si Yoongi lo exigía.

Cuando Yoongi se acercó a los pies de la cama, Jungkook apretó la cara contra la seda, recorriendo con la nariz la cresta de su polla.

—Joder, qué bien hueles.

Yoongi le dedicó una sonrisa de complicidad.

—Lo sé.

Pasó los dedos por el pelo de Jungkook, sujetando su cabeza en su sitio mientras trabajaba su longitud contra los labios de Jungkook a través del trozo de tela que apenas se veía, antes de agacharse para besarlo profundamente.

—Mírame.

Jungkook se obligó a abrir los ojos, gimiendo cuando miró a Yoongi. Era tan jodidamente hermoso.

—¿A quién le perteneces? —canturreó.

—A ti —dijo Jungkook como una oración.

Yoongi lamió la orilla de los labios de Jungkook.

—Dime que me amas.

—Te amo —juró Jungkook, sin aliento.

Yoongi le dedicó esa sonrisa suave y lenta antes de inclinarse para morderle el labio con la suficiente fuerza como para hacerlo sangrar.

—Dilo otra vez.

—Te amo.

Yoongi forzó dos dedos entre los labios de Jungkook.

—Chupa.

Jungkook lo hizo, empujando su lengua entre los dedos, chupándolos con el mismo entusiasmo que le daría a cualquier otro apéndice que Yoongi le presentara.

Yoongi pasó su lengua por la concha de la oreja de Jungkook.

—Dime que harías cualquier cosa por mí.

—Sabes que mataría por ti —dijo Jungkook ronco, sus caderas trabajando contra el cojín de cuero que formaba el "colchón".

Yoongi sacó sus dedos y le dio una bofetada lo suficientemente fuerte como para hacer palpitar la polla de Jungkook.

—Deja de hacer eso.

Jungkook gimió pero obedeció, calentándose cuando Yoongi dijo:—Buen chico.

—Tu buen chico —se oyó decir Jungkook.

Yoongi peinó con sus dedos el pelo de Jungkook.

—Mi buen chico —canturreó—. Arrodíllate para mí, chico bueno.

Jungkook hizo lo que Yoongi le pidió, sintiéndose completamente indefenso con el culo al aire. No es que hubiera ninguna parte del cuerpo del otro con la que no estuvieran íntimamente familiarizados en ese momento.

Sin embargo, esto era lo único que no habían hecho. La única línea que habían esperado a cruzar, no porque pensaran que cambiaría algo, sino porque a Yoongi le encantaba usar a Jungkook con fuerza, le encantaba ladrarle órdenes mientras Jungkook lo embestía.

Pero esto era todo lo que Jungkook había querido para su primer aniversario. Yoongi dentro de él. Hasta ese momento, Yoongi se había mostrado inseguro, preocupado por si hacía algo mal o por si se acababa en un instante. Pero la verdad era que nada de eso importaba. Jungkook sólo quería ser poseído por Yoongi. Quería saber qué se sentía al ser poseído tan profundamente por él que dejaba parte de sí mismo dentro.

M.N. (1-7)Where stories live. Discover now