2-12. Yoongi

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Yoongi se sentía como un niño. Tenía treinta y tres años, estaba sentado en un sofá, mientras que un muchacho con apenas la edad suficiente para comprar cerveza, cuidaba de él. Yoongi no estaba seguro de lo que esperaba cuando pensaba en la familia de Jungkook, pero sabía que no se trataba de su hermano supermodelo o su novio que parecía un querubín con pecas.

Su ansiedad fue en aumento en cuanto escuchó por los lados la conversación de Junseop y Jungkook, especialmente cuando Junseop agarró sus llaves y le dio un beso en la frente a Jimin, prometiendo venir a buscarlo tan pronto como hubieran terminado de limpiar "el desorden". ¿Qué desorden? ¿Jungkook estaba bien? Junseop no parecía preocupado, más bien molesto y un poco divertido.

Y Yoongi no había preguntado. Junseop no hablaba mucho de todos modos. Jimin, por otro lado, parecía haber estado esperando la oportunidad de quedarse a solas con Yoongi.

Tan pronto como la puerta se cerró, se volvió hacia él, levantando la rodilla sobre el sofá y acercándose más. -Te acostumbrarás.

Yoongi frunció el ceño. -¿Acostumbrarme a qué?

Jimin hizo un gesto con la mano. -A la rareza. La posesividad. A que actúen como si fuéramos incapaces de cuidarnos a nosotros mismos. Tengo que recordarme constantemente que Junseop solo lo hace porque es su única forma de demostrarme que está preocupado por mi bienestar.

Yoongi frunció el ceño. -Jungkook no tiene ningún motivo para preocuparse por mi bienestar. Nos conocemos desde hace menos de una semana.

Jimin resopló. -Actúas como si el tiempo les importara un bledo a los Jeon. No lo hace. Son como animales. Una vez que se han fijado en un aroma que les gusta, ya sea que hayan pasado diez segundos o diez años, entonces les perteneces. Jungkook no permitirá que te alejes de él. Sé que suena aterrador, pero formar parte de la familia es... no es nunca aburrido. Y nadie te protegerá como lo hacen ellos.

-¿No tendré una opinión al respecto? -preguntó Yoongi, tratando de mantener el tono casual de Jimin.

Una sonrisa cariñosa se dibujó en el rostro de Jimin. -Él te dirá que sí. Jicheol les ha inculcado sutilezas sociales a todos ellos, y saben que este comportamiento no es correcto, pero equivale a poner una nueva capa de pintura directamente sobre una grieta. Eventualmente, el material original comienza a.... abrirse paso, ¿Sabes?

Yoongi había visto esto una y otra vez como perfilador. Las compulsiones no se podían domesticar ni olvidar. A veces, incluso años de terapia no eran rivales para la incesante y acuciantes necesidades de representar las fantasías más depravadas. Eventualmente, la persona se veía en la necesidad de satisfacerlas, y era allí cuando las cosas se tornaban complicabas. Pero, Jungkook parecía satisfacer esa necesidad con regularidad... ¿Eso lo volvía mejor?

-¿Qué piensas de él? De Jungkook, quiero decir. -Finalmente, Yoongi preguntó.

La mirada de Jimin se apartó de la de Yoongi. -Es gracioso... E intenso. Se esfuerza bastante.

Esa era una representación bastante precisa de Jungkook. Intenso, divertido, pero también encantador y apasionado. Hacía que Yoongi sonriera al solo pensar en Jungkook garabateando frases tontas en su taza de café matutina.

-Pero, eso te gusta, ¿no?

La mirada de Yoongi se levantó bruscamente justo para encontrarse con Jimin estudiándolo intensamente. -¿Qué?

-Te gusta ser el objeto de los afectos de Jungkook. -Yoongi empezó a protestar, pero Jimin se encogió de hombros-. No tienes que darme explicaciones. Lo entiendo. Créeme, nadie te entiende mejor que yo. Junseop es intenso a su manera, pero él considera el pasar por una persona normal como una especie de juego. Él se desliza entre papeles sin problemas, de ser el aburrido socialité al vigilante implacable. Jungkook no tanto.

M.N. (1-7)Where stories live. Discover now