XII: The beast inside of me.

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—Con ustedes, damas y caballeros, el increíble Han Jisung; encantador de felinos.

Las personas admiraban al chico castaño que con una habilidad impresionante podía controlar a los grandes felinos como si fuera magia. Estos le obedecían, haciendo trucos maravillosos para complacer a los asistentes. Era la atracción principal del circo, los niños brillaban de emoción al ver a los enormes leones y tigres hacer trucos, saltar aros rodeados de fuego y demás. Con un último acto cerraron los telones dejando eufórico al publico. Llevando con pesar de vuelta a la jaula a sus lindos gatitos como le gustaba llamarlos, les acarició el rostro recibiendo suaves ronroneos.

—Soonie, Doongie, Dori. Me encantaría escapar de aquí, no es la vida que hubiera deseado para ustedes— suspiró y fue a la "oficina" de su jefe.

—Lo hiciste decente Han, espero para la próxima tengas un mejor acto— dijo el robusto hombre con bigote toscamente mientras contaba las monedas y lanzándole un diminuto saco al rostro como paga, alegando que es lo que merecía. El señor Roger insistía en que debería de arriesgarse más en sus espectáculos pero él siempre se negaba, no planeaba poner en peligro a los animales. Con el tiempo el viejo comenzó a exigirle más y más actos donde hubiera acción pero en un show algo salió mal y Dori se quemó la pata, eso enfureció a Jisung pero Roger estaba fascinado. Habían ganado más dinero esa noche después de que el animal saliera lastimado. «Malditos enfermos, ¿cómo pueden disfrutar del dolor ajeno?»

Después de la última función en ese pueblo descansarían y partirían a primera hora de la mañana a seguir ofreciendo espectáculos. Al estar todos dormidos para Han fue más fácil abrir las jaulas de los animales liberándolos, cuando estos salieron se encaminó a la salida pero el sonido de una explosión los asustó corriendo despavoridos.

—Oigan, esperen.

—¿A dónde tan rápido Han?, ¿pensaste qué no me daría cuenta de lo que tramabas? ¡JA! Muchacho estúpido, gracias a ti he quedado sin la atracción principal. Pero esto lo podemos solucionar de alguna manera.

El señor Roger arrojó una botella con polvos brillantes a su dirección, rompiéndose e impactando con su cuerpo. El humo le hizo toser y al mirar a su jefe con odio este le veía asombrado, maravillado por la bestia que tenía en frente.

Pelaje blanco con rayas y unas llamas azules que resaltaban esos ojos amarillos.

—La gente pagará millones por verte.

Desde entonces la vida de Han Jisung se volvió un infierno.

La tripulación del Black Swan descansaba en el pueblo más cercano, esa noche bebieron como locos y no se recuperarían de su resaca pronto, por lo que Christopher dejó el barco para explorar un poco el paisaje. Vendedores ambulantes, estafadores a los que nadie podía vencer en su sucio juego de encuentra la roca. Se acercó a uno de los puestos a ver los artilugios misteriosos que vendía una anciana con los ojos cerrados y una voz rasposa, un collar llamó su atención recordando a su amada, cuando planeaba tomarlo para admirarlo más de cerca los gritos de alguien lo distrajeron.

—Todos venid al Magic Circus. Disfrutad de los espectáculos y observad a la increíble bestia.

«¿Bestia?»

Jamás ha ido a un circo y podría aprovechar para tener una cita romántica con su novia. Al volver al barco le pidió que en la noche escaparan, esta aceptó emocionada. La carpa era enorme, las personas veían maravillados los espectáculos de la noche y aplaudían con emoción, hasta que al finalizar llegó la atracción principal. Un deslumbrante tigre blanco con ojos amarillos caminando con elegancia hacía el escenario. Un sujeto de traje movía el látigo para atraer la atención dictándole que trucos debía hacer, el último acto fue cuando el tigre saltó un aro rodeado de fuego y al caer brillaba en llamas azules. La función terminó y la gente comenzó a retirarse, su amada le señaló algo a Christopher que notó en el tigre. Su pata estaba herida.

Al estar vacío el lugar se acercó hacia las bambalinas y escuchó como un sujeto golpeaba al tigre, los rugidos eran tan fuertes que le sorprendía que nadie haya acudido al rescate. «Claro, a nadie le importa un animal herido.»

—Hey bastardo, ¿qué crees que haces?— gritó Chris hacia el viejo con un aspecto de lunático, este le miró con los ojos rojos y le dijo que se alejara. El capitán sacó su espada amenazándolo haciendo que se alejara de el magullado animal. Su novia por lo pronto ayudó al tigre a escapar mientras los hombres peleaban a mano armada, Christopher le cortó parte del antebrazo huyendo de ahí mientras los gritos del hombre resonaban pero todos sus ayudantes estaban felices de deshacerse del tirano Roger.

Al llegar al barco emprendieron su marcha, la chica pelirroja revisaba con cuidado al animal que se quejaba por todo el maltrato físico pero a los minutos comenzó a sanar, quedándose dormido. Después de dos días de viaje llegaron al Bosque Mágico a buscar una planta que necesitaban para su reserva.

Una mujer de cabello negro hasta los tobillos y ojos violetas que también estaba buscando plantas para sus recetas los encontró cerca de su cabaña, al observar al felino que les acompañaba soltó un jadeo de sorpresa.

—Este no es un tigre común, está así por una maldición. Los Baekho son una criatura mágica China, su deber es proteger a las personas— comentó con emoción, observando maravillada al tigre albino que la miraba con desconfianza y prendía sus llamas como mecanismo de defensa.

—¿Puedes revertir el hechizo?— preguntó el capitán.

Con su mano comenzó a realizar un hechizo, descubriendo una forma humana. Piel pálida, cabello azul oscuro y facciones dulces. Un chico con heridas por todo el cuerpo que comenzaron a sanar rápidamente. Este abrió los ojos poco a poco, revelando su color amarillo brillante. Veía a los presentes con algo de desconfianza pero olfateando descubrió que eran inofensivos a excepción de la mujer que lo devolvió a la normalidad. Hizo una mueca, no confiaba en las brujas después de haber sido presa de un hechizo por años. Dirigiéndose al azabache de ojos verdes tomó sus manos.

—Gracias, me salvaste. ¿Cómo puedo pagártelo?—preguntó mirándolo con gratitud, feliz de haberse librado de su cuerpo felino. 

—Únete a nuestra tripulación.

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⏰ Última actualización: Feb 29 ⏰

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