X: Where am I?

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El rizado observaba el paisaje con tranquilidad, se habían detenido para tomar un poco de aire pero su madre insistía que tenían que llegar a tiempo al baile por lo que retomaron el camino de vuelta al palacio. La mujer frente a él se veía tan joven y bella, como si el tiempo no transcurriera para ella. Este la miraba atento, sobretodo a su collar que hacía juego con el elegante vestido azul zafiro.

—Madre, ¿por qué es tan importante este baile?

—Porque es el baile de la cosecha que realiza siempre el rey de Herslock, Demian. Nos invitaron personalmente, es descortés rechazar su amabilidad.

—Tengo un mal presentimiento sobre esto, ¿no te parece extraño qué fueran al pueblo a entregarnos la invitación? Debimos avisarle a las demás y...

—Tranquilo hijo, todo estará bien— le interrumpió la mujer para calmar al joven intranquilo.

Al llegar al palacio se deslumbraron por lo lujoso que era, los candelabros resplandecían y los vestidos coloridos de las damas eran demasiado llamativos. Los caballeros no se quedaban atrás con elegantes trajes, algunos hacían juego con el de su pareja y otros solo destacaban por su porte. Un hombre castaño de ojos miel se les acercó con una sonrisa demasiado amable, pero Demian desconfiaba de todos en ese lugar. Su instinto nunca le había fallado, esta vez no era la excepción.

—Bienvenidos, pensé que no vendrían—saludó con cortesía el rey, portando un traje con detalles dorados como su corona resplandeciente, las arrugas eran imperceptibles en ese atractivo rostro.

—Es un placer estar aquí, su alteza. Este es mi hijo Demian—lo presentó su madre después de hacer una reverencia, recibiendo un codazo para que él hiciera lo mismo. A regañadientes agachó la cabeza en señal de respeto escuchando la risa del contrario.

—No es necesaria tanta formalidad Irene, veo que estas igual de preciosa que siempre—comentó, ruborizando las mejillas de la mujer. El joven no podía creer lo que veía, a su madre le gustaba ese hombre. Asqueroso.

—Están en su hogar, yo tengo que atender otros asuntos.

Y se marchó dejando a los presentes. Demian seguía sintiendo algo extraño en las intenciones de aquel sujeto, pero su madre se veía emocionada por estar en el baile así que la dejó ser. A la hora del vals la vio reír con el famoso rey de Herslock, mientras el bailaba con una chica que no le quitaba los ojos de encima pero él ni lo notó por estar más enfocado en cuidar sus espaldas, en un momento notó como este le susurró algo a la castaña, llevándosela de ahí. El disculpándose sin importarle la reacción de su pareja los siguió, tomando su espada por si tenía que actuar. El rey Suh e Irene estaban en el jardín observando el cielo estrellado, este le hablaba sobre su ex esposa y lo solo que se sentía desde que la perdió, sintiendo lástima por su hijo que estaba creciendo sin el calor de una madre, al tenerla envuelta con sus palabras le preguntó si le haría el honor de casarse con él. Irene estaba sorprendida, nunca pensó que el rey tuviera planes de desposarla y no sabía que hacer, cuando estaba por aceptar alguien los atacó con una flecha. Esta rozó el brazo del rey haciéndolo sangrar, cayendo en los brazos de la castaña mientras esta hizo el intento de curarlo curarlo. Tomando su collar empezó a pedir por él sanando la herida de inmediato. El hombre vió su oportunidad y le arrancó el colgante.

—Johnny, ¿qué estas...?

—Silencio bruja, ahora este collar me pertenece. ¿Sabes cuánto tiempo esperé para tenerlo en mis manos? Ahora nadie podrá impedirme que reviva a Miyeon, fuiste demasiado ilusa al creer que quería pasar mi vida junto a un monstruo como tú. Me das asco.

Demian sentía la sangre hervir y se acercó a paso apresurado arrebatándole el colgante a Johnny. Este volteó enfurecido dispuesto a luchar pero el joven le lanzó un puñetazo, acercándose a su madre se la llevó de ahí. Huyendo del palacio con todos los guardias persiguiéndolos por el bosque, tratando de desaparecer mientras guiaba a su madre. Cuando los acorralaron esta tuvo que tomar una difícil decisión, soltándose.

—Madre, ¿qué sucede, por qué te detienes?

—Hijo, escúchame bien. Tengo algo para irnos a otra tierra donde no nos harán daño nunca más—lanzando una piedra mágica al suelo abrió un portal hacía un lugar desconocido, cuando iban a saltar un hombre capturó a su madre.

—¡No! ¡Madre! ¡Suéltenla!—

—Demian, huye. Yo estaré bien.

—No, no planeo dejarte sola. Por favor, vamos juntos...

—Adiós hijo—y con su poder lo lanzó hacía el portal que se cerró de inmediato, sin darse cuenta que este aun conservaba el colgante en su mano.

Los hombres lograron capturar a la bruja llevándola al calabozo, mientras esta solo sufría la perdida de su único hijo.

Minho miraba asombrado la escena, intentó interponerse pero no pudo hacer nada ya que solo era un recuerdo pero ¿de quién? Esa pregunta fue respondida al cambiar de ambiente, viendo como en medio de la carretera se abría el portal por donde salía Demian. Un auto estuvo a punto de atropellarlo pero este retrocedió cayendo en la tierra. Su ropa estaba sucia y sus ojos rojos de tanto llorar, no fue hasta que una camioneta se detuvo. Una mujer se acercó, observando que el joven no sobrepasaba los 20 años de edad.

—Hey chico, ¿estas bien?—preguntó preocupada al ver su estado. Sangre en las rodillas y el rostro sucio, además de su ropa anticuada.

Este seguía recordando a su madre que lo mandó hacía otro lugar para protegerlo, rompiendo su corazón por haberla dejado sola. La mujer seguía hablándole y lo ayudó a caminar hacía la camioneta, llegando al pueblo playero donde vivía. Le ofreció comida y algo de tomar, esperando a que se calmara.

—Lo siento—fueron las primeras palabras de Demian—le agradezco por su amabilidad pero tengo que irme.

—¿Realmente tienes a dónde volver?—preguntó sin querer sonar hostil, realmente estaba preocupada por ese muchacho que se veía tan perdido y fuera de lugar.

—No.

—¿Por qué no te quedas por un tiempo? No te ves mala persona, aunque tu atuendo es demasiado viejo. Debes de estar en algún club de teatro.

Este solo le miró sin comprender de que hablaba pero asintió, su instinto no le alertaba que esa mujer tuviera malas intenciones así que aceptó la propuesta.

—Bien muchacho, ¿cómo te llamas?—preguntó, si planeaba tenerlo ahí al menos necesitaba saber que no era un psicópata.

Demian tardó en responder, trabándose con sus palabras hasta que recordó el peculiar nombre de un viajero con el que convivió un tiempo en el pueblo y el apellido podría ser cualquiera que le quedara bien.

—Lee Dongwook.

Esta asintió satisfecha, mostrándole lo que sería su habitación temporal.

La joya del mar MINCHANWhere stories live. Discover now