IV: Captain Bang.

40 11 1
                                    

Después de su breve introducción el mayor se fue de ahí ordenando que le dieran otra ropa, indignándolo al decirle que se deshiciera de esos trapos viejos. El menor miró con tristeza sus prendas recordando cuando fue con Seonghwa al centro comercial y este lo convenció de comprar el horrible suéter porque juraba que se le veía muy lindo. Siempre había querido deshacerse de él pero ahora no podía, era lo único que le quedaba de su mejor amigo aunque Chris tenía razón, no podía andar con esas prendas por ahí. Aun no sabía donde diablos estaba o como terminó en ese lugar pero lo averiguaría, necesitaba volver a su hogar. 

Al terminar de cambiarse dejó su ropa escondida en un baúl para que no se deshicieran de ella, se sentía algo incomodo con la vestimenta que supuso era normal en ese lugar. Una camisa blanca junto a unos pantalones apretadísimos de cuero color azul marino, una pañoleta para su cabello y una especie de tela de seda para su cintura del mismo color que el mar. También le dieron algunas joyas a las cuales si estaba acostumbrado, sobre todo por su collar de zafiro.

Mierda, su colgante. ¿Cómo pudo olvidarlo? Cuando estaba ahogándose pensó en la historia que solía contarle su progenitor, siempre pensó que era un tonto cuento para dormir. Su padre siempre aseguró que la abuela era descendiente de la única sobreviviente de la cacería pero era absurdo creer en esa historia a sus veintidós años. Si la magia no existe, ¿cómo explicar lo que está pasando? Antes de que siguiera comiéndose la cabeza una persona tocó la puerta del pequeño camarote que le asignaron.

—¿Minho? Solo quería ver que todo estuviera bien— se asomó Felix que ahora al verlo bien, tenía algunas rastas y las puntas de su largo cabello terminaban en un platinado muy bonito.

—Yo eh, sí, gracias— respondió tímido, sin saber como dirigirse al chico.

—Lo siento, que descortés de mi parte. Mi nombre es Lee Felix, el capitán quiere que te presente a toda la tripulación—le abrió la puerta invitándolo a salir de ahí.

Subieron y había más de veinte personas ahí, lo que le llamó la atención fue ver a una sola chica. Felix comenzó a presentarlo con los que según él eran los cargos importantes en el barco.

—Seo Changbin y Han Jisung, son como la mano derecha del capitán. Cuando él está indispuesto ellos se encargan de que todo marche bien por aquí— señaló al chico bajito con el  cuello tatuado y otro con un peculiar cabello azul con mejillas regordetas, como una ardilla—. Los mellizos Hwang, que no te engañen sus rostros bonitos, son nuestros guerreros más fuertes. Yeji es una experta en las cuchillas, Hyunjin es más de usar los puños— resolvió el misterio de porque había una sola chica en el barco, los dos eran muy hermosos y desprendían un aura de elegancia que nunca había visto—. Kim Seungmin, Yang Jeongin, los menores del grupo, el pequeño I.N se encarga de los tratos con brujas o sirenas ya que estas suelen ser más agradables con él— por último le presentó al pequeño pelirrojo con aspecto de zorro y un castaño de ojos chocolate muy adorable.

Minho asentía saludando a los presentes memorizando rápidamente sus rostros, hubo más presentaciones pero según Felix los primeros seis eran parte fundamental de la tripulación. Después de eso se oyó el famoso tierra a la vista que solo había escuchado en películas, todos hicieron su parte y lograron anclar la nave para bajar al pueblo y recargar energías. Comenzaron a descender cuando el pecoso se acercó a su oído murmurando.

—Por nada del mundo te separes del grupo— comentó con seriedad, para volver a su rostro sonriente.

Así es como más de veinte personas entraron a una vieja cantina donde se oía música, gritos y ruidos de vidrio ser chocados entre si. Al momento de abrir la puerta el ambiente se tensó, no entendía porque la reacción hasta que oyó el murmulló de alguien ahí.

—Es el capitán Bang— susurró una mujer con el vestido demasiado sucio.

Este entró con su expresión seria y tomó asiento siendo seguido por la tripulación, aunque todo siguió como antes se sentía la pesadez en el aire por la presencia del capitán. «Al parecer no es bien querido en esas tierras.»

La única chica comentó que iría a buscar diversión y se alejó de ahí recibiendo un asentimiento por parte de todos excepto por el castaño que le murmuró un ten cuidado. Esta solo rodó los ojos alejándose de la mesa contoneando sensualmente sus caderas atrayendo la mirada de todos los hombres en el lugar hasta que llegó a la mesa pidiendo unirse a un juego donde fue recibida gustosamente, un suspiro a su lado llamó su atención.

—Pobres imbéciles, no saben con quien están tratando— comentó su mellizo mirando con decepción a la mesa de la esquina.

Prestando más atención se dió cuenta como la pelinegra reía, servía los tragos y le susurraba cosas a un hombre demasiado borracho mientras robaba a manos llenas todas las pertenencias. Tenía una habilidad impresionante para tomar las cosas con rapidez escondiéndolas en su falda, al terminar con su trabajo se alejó de ahí diciendo que tenía que irse pues su tripulación la esperaba recibiendo protestas pero ella los ignoró llegando de regreso.

—Los hombres son unos idiotas, ven un par de senos y pierden la cabeza— se quejó al sentarse, recibiendo palmadas en la espalda por parte del sujeto llamado Seungmin.

Todos en la mesa rieron excepto por Bang que estaba más concentrando admirando con nostalgia el anillo que colgaba de su pecho con una pequeña cadena plateada, todos parecían temerle al capitán pero al ver su expresión tan vulnerable pensó que las personas no eran capaces de mirar detrás de su fachada de hombre rudo con delineador y mirada penetrante.

La joya del mar MINCHANWhere stories live. Discover now