—¿Carboncillo?

—Porque te prendes rápido.

—Ahora quien hace esas bromas.

—Me está haciendo daño juntarme contigo.

—¿Hoy es miércoles?

—Al fin noche de chicos después de tanto caos en nuestras vidas y esta ocasión conseguí pijamas de pingüinos.

—Ya me estoy acostumbrando.

—Y si tenemos suerte encontraremos a esa persona que besaste.

—Ya lo había olvidado.

—Lo dices como si fuera el fin del mundo.

—Es que solo fue una mala jugada de mi cuerpo aparte llevamos dos semanas así y ya he recibido seis puñetazos y dos besos correspondidos.

–Me sorprende que te hayas atrevido a besar a esas personas.

—Me empujaste hacia ellos y cuando caímos lo tuve que hacer.

—Oye por cierto ya me acorde, ¿has visto a tu ex crush?

—No, después de ese día ya no lo he visto.

—¿Lo extrañas?

—Creía que lo haría, pero no, no lo hago. ¿Podemos cambiar de tema?

—¿De qué quieres hablar?

—De cómo Jisoo me está volviendo loco preguntándome sobre todo lo que escoge de su boda.

—Mi hermana esta igual y ella sabes cómo se defiende.

—Si sigues así serás el padrino de pastel. —dijeron al mismo tiempo.

—Y si se los compramos y así ya no nos molestan.

—No es mala idea.

•♡•

—¿Qué peli vamos a ver? —Ya en la noche Jungkook preparaba las palomitas—, ¿luego a dónde vamos?

—¿Por qué tienes tantos pijamas a juego?, asusta.

—¿Por qué no?, hoy toca ser pingüinos, pero contesta mi pregunta.

—La qué quieras.

—La semana pasada escogí yo.

—Está bien, algo de terror.

—Me parece perfecto. —Puso una al azar.

Y como habían quedado después de ver una película irían a divertirse, en esta ocasión fue un karaoke.

Jungkook y Kai estaban solos en el karaoke, cantando y bebiendo juntos. La música sonaba fuerte y la atmósfera era íntima y acogedora. Jungkook se acercó a Kai y le habló al oído.

—Oye, ¿quieres ir a bailar un rato?

Kai sonrió y asintió. Los dos se levantaron de la mesa y se dirigieron a la pista de baile. La música era rápida y animada, y los dos se movían al ritmo de la música.

—Me encanta esta canción.

Los dos siguieron bailando y bebiendo, y se divirtieron mucho esa noche. Pero al día siguiente, Jungkook se despertaba por el sol qué entraba, tallaba sus ojos y notó qué estaba en la habitación de Kai, Kai estaba dormido en el piso.

—¿Por qué hay tanto sol? —Se tapo el rostro con la almohada y se quedó dormido nuevamente.

Kai despertaba rato después y al ver a alguien en su cama lo hizo asustarse así que le quito la almohada se tranquilizó. Al ver el rostro durmiente de Jungkook lo hizo quedarse viéndolo, analizando cada detalle hasta llegar a sus labios qué estaban un poco mordidos.

Un pequeño recuerdo de ayer llegó veía a Jungkook y él bailando muy juntos.

—«¿Qué demonios paso?»

—Puedes apagar el sol, por favor.

—Anda levántate.

—Yo no te corrí cuando amaneciste en mi habitación la otra vez. —Se sentó en medio de la cama.

—Son las dos, anda hay que comer algo.

—Ay mi cabeza, hay que prometer qué para la próxima no vamos a beber tanto.

—Concuerdo. —Se sentó a su lado.

—Espera, ¿dijiste las dos? —Kai asintió.

—Si.

—Quede con Saerom a las ocho para nuestra cena de aniversario y ahí le daré el anillo. —Se levantó de la cama —. Me tengo que arreglar, iré a mi salón. —Salió corriendo de la habitación.

—Anillo. —Soltó un suspiro —. «Creo que ya no habrá más noches de chicos». —Sonrió algo triste.

—Oye —Regreso —, andaba pensando y ya que voy para allá; me dejaste cortarte el cabello ahora, ¿me dejas pintarlo?, por favor quiero probar la nueva marca de tintes que pedí.

—¿Gratis?

—Obvio si aceptas ser mi conejillo de indias.

—Está bien solo porque las cosas gratis son buenas.

—No todas.

—Ya acepté, no hay vuelta atrás.

Rumeite - KaiKookWhere stories live. Discover now